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viernes, 19 de septiembre de 2014

Escocia, El pueblo dice "No", por una pequeño margen, a la Independencia

escocia
Partidarios del "No" celebran el triunfo.

La noche comenzó mal para los independentistas y realmente nunca remontaron el vuelo. A pesar de haber abarrotado las calles en un ambiente festivo durante la jornada de votación, los ánimos se enfriaron pronto, desde que los recuentos y las predicciones iban dejando claro que el sueño de la independencia no se haría realidad en la mañana de hoy viernes.
Escocia sigue siendo parte de Reino Unido tras histórico referéndum en que se dijo no a la independencia.
Una mayoría (55%), algo más amplia de lo que auguraban las últimas encuestas, ha dicho "no" a la propuesta independentista. La diferencia entre las dos opciones ha sido de casi cuatrocientos mil votos. Diez puntos de diferencia que suponen un duro golpe para los que esperaban que, tres siglos después, Escocia rompiera los lazos que le unen a Londres.
La participación en torno al  84%. Reacción significativa: la libra ha marcado un récord de dos años con respecto al euro.
La opción "no" a la independencia fue la más votada en la mayoría de los 32 circunscripciones del país.
Alex Salmond, ministro principal de Escocia, reconoció la derrota de la campaña del SÍ y le pidió a los ciudadanos aceptar el voto y mantenerse unidos. En una declaración televisada, agradeció a Escocia "por los 1,6 millones de votos para la independencia de Escocia".
Una participación del 86% es uno de los más altos del mundo democrático para dicha votación, dijo.
Los distritos reportaron una participación alta, informó Mary Pitcaithly, jefa de la oficina de conteo, en Edinburgo.
Clackmannanshire fue el primer consejo que reportó resultados y se inclinó por el campo del ‘No’, con 19.036 electores, lo que representa el 54% del total de personas que votaron. Unas 16.350 personas votaron por una separación de Reino Unido, es decir, el 46% del total de quienes sufragaron en este distrito, según reportó el funcionario de conteo de votos.
El condado Dundee fue el primero en el que ganó el "Sí" a la independencia de Escocia de Reino Unido, informó el centro de conteo: 57% de las personas votaron por el "Sí", por el 43% que votó por el "No".
Glasgow, uno de los distritos más poblados de Escocia, le dio al "Sí" una importante victoria, pero no fue lo suficiente como para revertir la ventaja de la negativa a independizarse del Reino Unido.
Los últimos datos oficiales mostraron que el 97 % de los votantes se inscribió en el padrón del referéndum. Más de 4 millones de personas acudieron a las urnas en Escocia.
A pesar de que no hubo independencia, se esperan cambios en la posición de Escocia dentro del reino, en donde se presume tendrá más autonomía y más participación en los asuntos de Estado.
Una separación podría haber terminado los 307 años de unión con Inglaterra, Irlanda del Norte y Gales como parte del Reino Unido.
Para quienes se oponen a la independencia dicen que estar en el Reino Unido ha ayudado a que Escocia adquiera una cómoda posición en el escenario mundial, mientras que quienes la apoyan aseguran que también le ha impedido desarrollar todo su potencial.
En los días previos a la votación, David Cameron, primer ministro de Reino Unido, pidió a Escocia no separar "nuestra familia de naciones".
Por su parte, los líderes de los tres principales partidos del Reino Unido lanzaron una promesa conjunta este pasado martes: Escocia tendrá nuevos poderes si opta por quedarse en el Reino Unido, propuesta realizada a dos días de un referéndum histórico.
El ministro principal de Escocia, Alex Salmond, apeló este viernes a "todos los escoceses a que acepten la decisión de la gente de Escocia", que rechazó la independencia que el Partido Nacional Escocés (SNP, por sus siglas en inglés) había defendido en el referéndum celebrado ayer y aprovechó para recordar al arco político británico las "promesas" de autogobierno y financiación anunciadas durante la campaña.
En una intervención en Escocia tras confirmarse el 45% de los votos para la ruptura con Reino Unido, Salmond dijo "esperar" que el aparato de Wesminster "cumpla y que lo haga eficientemente", respetando el calendario de trabajo propuesto para garantizar que, antes del final de Legislatura en mayo, el armazón legislativo para garantizar un autogobierno "sin precedentes" es presentado en el Parlamento británico.
"Quiero simplemente subrayar un recordatorio de que se nos prometió una segunda lectura de la ley el 26 de marzo de 2015. No sólo los 1,6 millones que votaron por la independencia, sino todos los que participaron en el referéndum demandarán que ese calendario se cumpla", advirtió.
Londres ha amanecido con un suspiro de tranquilidad: el norte de la isla de Gran Bretaña continuará siendo parte de su país. Muchos en esta ciudad no habrán podido pegar ojo, entre los que probablemente se encontraba David Cameron. El primer ministro del Reino Unido era una de las personas que más podía perder si los escoceses optaban por la independencia. Y aun así, a pesar de haber ganado, los analistas coinciden en que Cameron ha salido herido de la batalla. El momento no podía ser más delicado, con las elecciones generales a la vuelta de la esquina, en mayo de 2015. 
"Una bestia se desató en las islas británicas. No importa el resultado. Esto va a cambiar la forma en que gobierna Londres. Habrá más autonomías en Reino Unido y tendremos otra oportunidad, vamos a tener otro referendo".
En la madrugada del viernes, cuando aparecían las primeras señales de que el Sí a la independencia de Escocia no iba a dar el golpe, Ross, un joven de Edimburgo, encontraba motivos para el optimismo.
Un panel en la oficina central electoral de Edimburgo muestra los resultados del referéndum.
Un panel en la oficina electoral muestra los resultados del referéndum. Reuters
A pesar de la derrota del "Sí" a la independencia, el consenso en las calles de Edimburgo fue que la magnitud del debate y la movilización por mayor autonomía afectará la manera en que Londres ejerce su poder sobre el resto.
La magnitud de esta movilización de cuatro millones de escoceses ayer jueves, y en los últimos dos años de campaña, dejaron una huella en la identidad y en la conciencia política que pocos creen le será indiferente al país, y enviaron un claro mensaje a la clase política en Londres.
Otros países deberían aprender con este referéndum que ejerecer el derecho democrático del voto es algo natural y no debe significar la ruptura con las estructuras establecidas. El pueblo soberano tiene derecho a elegir su destino y su forma de gobierno, y ya sea mediante el voto o a través de la movilización popular su voz debe ser escuchada.

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