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viernes, 26 de septiembre de 2014

Argentina, Más de una veintena de mujeres se unen para buscar a sus familias biológicas

Juntas. Ocho de las mujeres que buscan a sus familias biológicas, en un encuentro realizado en Córdoba. /FACEBOOK
Ocho de las mujeres que buscan a sus familias biológicas. Clarín.
Según publicaba el periódico argentino Clarín un grupo de mujeres se ha unido con el objetivo de buscar, juntas, a sus respectivas familias biológicas.
Ya son más de veinte. Pero sospechan que pueden llegar a ser muchos más. Miles. Son cordobeses que nacieron entre 1960 y 1985, principalmente mujeres, que a horas del parto, fueron robados a sus madres –a quienes les dijeron que los bebés habían muerto–; y luego vendidos a otros matrimonios. El denominador común de estos casos de apropiación ilegal de recién nacidos es Mafalda Espina de Journade, la partera que los hizo nacer, robó y vendió.
"Queremos encontrar a nuestras madres biológicas, acceder a nuestro derecho de conocer nuestra identidad", explicó a Clarín, Carolina Bruzzo, integrante del grupo "Hermanas y Madres del Alma" desde Villa Nueva, a 150 kilómetros al sudeste Córdoba capital.
"En mi caso, yo tenía la profunda intuición de que no era hija biológica de mis padres; pero la duda no venía del desamor; porque yo fui amada por mis padres de crianza", agrega Carolina. La duda original fue a los seis años: "Me movilizó que mi mamá estuviera embarazada. Le empecé a hacer preguntas y ella se puso incómoda, no me mintió ni me respondió mal. Todo eso volvió a movilizarme cuando fui madre; yo tenía mucho miedo de que me robaran mi bebé".
Mariana Rodríguez vive en Córdoba y cuando iba a la escuela primaria los papás de sus compañeritos le preguntaban por "sus abuelos", pero se referían a sus padres de crianza. A los 8 años se enteró la verdad: "Mi mamá tenía cerca de 50 años y mi papá 70. Por esa diferencia de edad nunca tuvimos una buena relación padres-hija. Ya más grande, cuando les pregunté la verdad, me lo dijeron de una forma brutal, quizá por su avanzada edad o por ignorancia. Eso me bloqueó, me obligaron a no hablar del tema, callé toda mi vida, hasta que tuve a mis hijos".
Una vez que sus padres murieron, Mariana buscó respuestas: "Nunca manejé redes sociales, me metía de noche en Internet, cuando mi marido se iba a dormir. Yo tenía tanto miedo, que buscaba la verdad en escondidas. Pero di con Patricia Holmes, que tiene la página “Hijos Biológicos”, y ella me ayudó mucho". Para añadir "Encontrar a mis pares del alma me alivió, me sentí contenida, fui mi salvación". Holmes contactó a tres cordobesas que nacieron en el consultorio de Journade, y en febrero pasado se armó el grupo. La primera reunión fue en abril en el Archivo de la Memoria de Córdoba y todos los meses –el segundo viernes– repiten los encuentros. El 7 de noviembre será un encuentro nacional en Villa María.
"No queremos judicializar los casos. Mafalda Journade, la responsable de habernos robado y vendido, ya murió. Sólo queremos conocer a nuestros padres biológicos; no juzgamos a las víctimas que han pasado por ese lugar", destaca Magui, quien tiene dos hermanos: el mayor, hijo biológico de sus padres y el menor, adoptado legalmente.
Cristina Neuburger vive en Sampacho, cerca de Río Cuarto: "Siempre supe que era adoptada. Pero cuando quedé embarazada, se me despertaron ciertas preguntas, es muy movilizante. Nunca en mi vida había prestado atención a la partida de nacimiento. Y cuando comencé a buscar, me contacté con una chica de Córdoba que estaba en la misma. Googleé a Mafalda y aparecieron casos similares".
Los pesares de sus madres son más o menos similares: "Chicas vulnerables desde lo económico hasta lo cultural que cayeron en manos de una red de tráfico y fueron despojadas de sus bebés. Uno de los casos, de una de las tres mamás biológicas que se enteraron y ya se sumaron al grupo, muestra la perversidad del sistema: en la Terminal de Ómnibus había avisos de una supuesta empresa de colocación de empleadas domésticas que necesitaba exclusivamente embarazadas. Así captaban a sus víctimas", le contó a Clarín la psicóloga María Grazia Iglesias, de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad.
"Hablamos, nos contamos nuestras historias, nos sirve mucho como contención y para sanar", afirmó hoy a Efe Mariana Rodríguez, miembro del grupo que se reúne una vez por mes en el Archivo Nacional de la Memoria, en la capital cordobesa, con el acompañamiento de una psicóloga.
"Somos personas que no tenemos resentimiento. Nuestra búsqueda es desde el amor y la sanación interior. No queremos judicializar y ni juzgar a nadie", expresó Rodríguez, quién agregó que la partera murió hace dos años.
"Hermanas y madres del alma" agrupa no sólo a hijas que buscan a sus padres, sino que también incluye a madres que buscan a sus hijos presuntamente robados por una organización que se dedicaba a traficar niños en esa época.

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