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sábado, 7 de junio de 2014

Egipto, Tibia penalización del acoso sexual tras convertirlo en delito

Egipto: Acoso sexual a mujeres ahora será considerado un crimen
Actor disfrazado de mujer pasea por las calles de El Cairo. (Foto: Ecologia.facilisimo.com)
Perfectamente maquillada y transformada en una linda mujer, un actor, inicia su paseo por las calles de El Cairo. A pesar de la falda hasta los pies y el cuerpo cubierto de arriba abajo, en apenas 100 metros los hombres no dejan de acosarla.
Son auténticos buitres que acechan a su presa, algunos insistentemente. La (el) protagonista se cruza al fondo con un hombre de chaqueta marrón que la piropea. Ella pasa y parece que desiste.
En el paseo el actor camuflado tiene que aguantar todo tipo de improperios de otros acosadores, de repente el hombre de chaqueta marrón reaparece y ahora se pega a ella. La supuesta mujer intenta quedarse atrás pero él le espera. Un acoso en toda regla y en mitad de la calle.
Esta experiencia la han sufrido alguna vez en la vida el 80% de las mujeres egipcias.
Otros ejemplos del asedio sexual que sufren las mujeres son: Una estudiante universitaria se acurruca en una farmacia mientras una muchedumbre amenaza con agredirla sexualmente. 
Habiba es una estudiante universitaria. CNN usa solo su nombre para proteger su identidad. Recuerda el día en el que un grupo de hombres la persiguió por la calle. "¡Vamos! Sabes que ellos quieren", le gritaban mientras le hacían señas obscenas", relató.
Finalmente se agachó dentro de una farmacia, pero no encontró refugio dentro. "Nadie en la farmacia hizo nada para ayudarme a pesar de mis ruegos, simplemente querían que me fuera", dijo Habiba.
En otro caso una estudiante de Derecho sufre manoseos de sus compañeros, que la hostigan e insultan durante varios minutos hasta tener que ser protegida por personal de seguridad de la Universidad y el rector hace referencia a su "atuendo inapropiado".
En marzo, un grupo de estudiantes varones manoseó a una de sus compañeras. Llorando, se encerró en el baño. El servicio de seguridad de la universidad intervino hasta que los hombres sitiaron el baño y luego la acompañaron para salir a salvo del campus, de acuerdo con los testigos.
El rector de la universidad, Gaber Nassar, culpó a la mujer por su "atuendo inapropiado" en un programa de debates local que se transmitió en marzo. Dijo que ella usaba una túnica negra que se quitó cuando entró a la universidad. En un video de YouTube se ve lo que llevaba debajo: una blusa rosa de manga larga, pantalones negros y cabello rubio decolorado.



Acusaciones atemorizantes que, de acuerdo con los activistas, son una realidad cotidiana para las mujeres en El Cairo.
En sus últimas horas como presidente interino de Egipto, Adly Mansur aprobó el jueves un decreto que convierte por primera vez como delito el acoso sexual, una lacra que en Egipto ha adquirido las dimensiones de una auténtica epidemia durante las últimas décadas. A pesar de que la norma incluye penas de cárcel y elevadas multas para los agresores, las organizaciones de mujeres la consideran insuficiente, pues no incluye los mecanismos necesarios para ser aplicada y temen que se convierta en un brindis al sol de las autoridades.
El presidente interino egipcio, Adli Mansur, ha aprobado una enmienda del Código Penal que aplica penas más severas de cárcel y multas contra aquellos que cometan acoso sexual, una lacra muy presente en las calles egipcias.
En concreto, el decreto -una enmienda al Código Penal- recoge unas penas de cárcel que oscilan entre los seis meses y los cinco años, en función de la gravedad del asalto y de si se trata de un infractor reincidente. Además, también establece multas de entre 3.000 y 5.000 libras egipcias (entre 420 y 700 dólares), una cifra enorme en vista de que el salario mínimo mensual en el país árabe no supera los 75 euros.
La penalización del acoso sexual era una vieja reivindicación de las asociaciones de mujeres egipcias, ya que para muchas mujeres se ha convertido en un problema omnipresente en su vida cotidiana. En un estudio que publicó la ONU  en 2013, titulado Entity for Gender Equality and the Empowerment of Women (Entidad para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres), se descubrió que el 99,3% de las egipcias mayores de 18 años han experimentado alguna clase de acoso sexual en su vida, ya sea verbal o en forma de tocamientos, mientras que casi la mitad declara padecerlo de forma diaria.
Sin embargo, las asociaciones de mujeres no se han mostrado plenamente satisfechas con el nuevo marco legal. "El decreto contiene numerosas carencias, entre ellas, sitúa el listón muy alto a la hora de probar que existió el delito", explica Hala Mustafá, cofundadora de la ONG Shuftu taharrush ("presencié el acoso"), una de las más activas en este ámbito. Según el texto legal, es necesario que haya varios testigos dispuestos a testificar ante un juez y que no tengan una relación personal con la víctima.

Otra de las quejas de las asociaciones de mujeres es que el Gobierno no ha creado los mecanismos suficientes para aplicar la ley, en especial, un programa de formación a la policía. Las pocas mujeres con la valentía suficiente para denunciar en comisaría un caso de acoso, que hasta ahora se podía castigar bajo el cargo de "agresión física", se han enfrentado a menudo con una actitud hostil por parte de los policías. En algunos casos, los agentes se han negado a registrar la demanda, se han burlado de la víctima, o incluso la han acosado.
"Con la criminalización no basta. Para acabar con el acoso es necesario promover un cambio de mentalidad profundo en la sociedad. Y no veo que para el régimen actual esta sea una prioridad. De hecho, el nuevo presidente, ha mostrado una actitud muy conservadora respecto al papel de la mujer", explica Mustafá en referencia Abdelfatah Al Sisi, que el próximo domingo jurará el cargo de presidente de Egipto después de imponerse la semana pasada en las elecciones presidenciales. En la primavera de 2011, cuando formaba parte de la Junta Militar que pilotaba la transición, Al Sisi justificó públicamente la realización de pruebas de virginidad por la fuerza a varias activistas detenidas.
Un ejemplo de la falta de sensibilidad social hacia la cuestión del acoso, se puede observar mediante casos como el del rector de la Universidad de El Cairo, Gaber Nassar, quien culpó a una víctima de agresión sexual en el campus por parte de un grupo de muchachos de incentivar el acoso por el uso de vestimentas "inapropiadas" (patalón ajustado y blusa rosa). "Nosotros no requerimos un uniforme aquí, pero la ropa debe estar de acuerdo con las normas de nuestra sociedad", afirmó en cadena nacional. Sus declaraciones desataron una fuerte controversia, y Náser se vio obligado a matizarlas posteriormente.
Jóvenes hostigando a chicas en Egipto.

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