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miércoles, 7 de mayo de 2014

Dinamarca, La violencia de género la gran sombra de una próspera sociedad

Dinamarca es un próspero y pacífico país democrático. La sociedad danesa ofrece atención de la salud, seguridad social, oportunidades de negocios y mucho más, sin embargo tiene una sombra en todo ese bienestar social: la violencia de género.
De las 16 semanas de la baja por maternidad en España, por ejemplo, pasamos a las 52 por pareja en Dinamarca. Después de las 18 semanas iniciales para la madre, el padre tiene derecho a 2 semanas, en ambos casos cobrando el 100% del salario. El resto del tiempo hasta las 52 semanas es de libre disposición y sin salario.
Además el sistema danés provee de cuidado infantil gratuito o a muy bajo coste. Como resultado el 79% de las mujeres danesas suele volver al trabajo después de ser madres, uno de los índices más altos el mundo.
El derecho a la asistencia sanitaria, en el caso Danés, se basa en el contacto periódico con el mismo médico de cabecera, que de algún modo "tutoriza" la vida sanitaria de cada ciudadano. Resulta ser un sistema muy efectivo.
Dinamarca puntúa entre los 10 países mejor posicionados en cuanto a igualdad de género. No puede decirse que se ha conseguido al 100% la paridad pero tanto Dinamarca como otros países nórdicos están cerca del tema. Existe la creencia generalizada de que el feminismo no es un objetivo individual o solamente de las mujeres, sino un objetivo colectivo.
Pero tras esos aspectos positivos de la sociedad dinarquesa, existe un índice realmente asustador: Una macroencuesta publicada recientemente por la Agencia de los Derechos Fundamentales de la UE  muestra que un 52% de las mujeres danesas considera haber sufrido alguna forma de violencia física y/o sexual, frente a una media europea del 33%.
Mujeres que sufren violencia física y/o sexual por parte de su pareja desde los 15años de edad.
Captura de la web de la European Union Agency for Fundamental Rights.
Son las mujeres de los países nórdicos las que más han sufrido algún tipo de violencia de género: un 52% de las danesas y un 47% de las finlandesas declaran haber sido víctimas en algún momento desde que cumplieron 15 años.
El diario español El País publica hoy un artículo sobre el tema bajo el enunciado "Las cifras de la vergüenza danesa".
"Una gélida y blanca noche de invierno salió como pudo de casa, con un solo zapato puesto y con un hijo en cada mano. Mary (no damos ni su verdadero nombre, ni su país de origen, porque así nos lo ha pedido) cuenta así cómo abandonó todo lo que tenía después de cinco años de palizas, de horas encerrada en el sótano. Dice haberse negado a sí misma durante mucho tiempo lo que le estaba pasando, por miedo, por inseguridad en un país ajeno. La gota que colmó el vaso fue ver que sus hijos empezaban también a recibir bofetadas".
Una madre de un niño asesinado protesta en Copenhague. / Francis Dean (Francis Dean/Deanpictures).

Dinamarca acumula el más alto porcentaje de denuncias de violencia de género de la UE, no sólo del ámbito familiar sino también laboral.
El resto de Escandinavia también aparece en cabeza del reciente informe. En estos países, la incorporación de la mujer al mercado laboral se produjo mucho antes que en los países del este y sur de Europa y la defensa de los valores progresistas es compartida por ambos sexos. Los expertos señalan a un engrasado mecanismo que facilita las denuncian como uno de los factores que explican los datos. En el caso danés, la llegada de familias refugiadas e inmigrantes procedentes de otras culturas es también según los estudiosos otra de las razones. Por último, achacan parte del problema a una educación excesivamente progresista.
Según recoge el artículo de El País, "Mary no tuvo que abandonar Dinamarca, pero otras mujeres sí. Algunas van a Suecia, donde la lengua es similar y el esfuerzo de adaptación menor. Las hay también que cambian su nombre, su identidad. El objetivo es que se sientan más seguras y puedan empezar de cero. Y lo fundamental, es que “estudien, algo que les guste y que les devuelva el respeto por sí mismas. La educación hace también rico a un país”, dice Lene Hækmand. En sus 14 años de directora del centro de mujeres maltratadas de Frederiksværk, Lene ha visto a muchas mujeres empezar de nuevo. “Aquí pueden hacerlo, esa es la gran diferencia con otros países europeos, entre ellos España, porque el Estado les concede además de apoyo psicológico y logístico, el kontanthjælp, una ayuda de aproximadamente 10.000 coronas al mes libres de impuestos, unos 1.400 euros”, dice. La independencia, entre otras la económica, favorece que el número de mujeres víctimas de la violencia de género que consiguen salir de su situación sea en Dinamarca muy alto. “Solo el 10% de ellas vuelven con sus maltratadores, hace unos años el porcentaje era del 50%”, subraya Lene".
La alta inmigración, según la directora de centro de mujeres maltratadas de Frederiksværk, puede ser otro factor del alto índice de violencia de género. "Del total de mujeres que hemos atendido aquí en los diez años que yo llevo trabajando con casos graves de violencia de género, la mitad son danesas, la otra mitad extranjeras con permiso de residencia. El porcentaje de refugiados e inmigrantes que Dinamarca acoge es, junto con Suecia, uno de los más altos de Europa", comenta Lene.
Pero no todos parecen estar de acuerdo con los resultados y la metodología empleada en la encuesta,
así Karen Helweg Peterson, del Observatorio danés de la Violencia, no confía en esas estadísticas europeas y asegura que "tiene que haber defectos en la forma de elaborarlas. Se hacían preguntas directas y abiertas a mujeres elegidas al azar y te aseguro que aquí hay menos tabúes que en otros países del sur o el este de Europa para hablar de violencia y que los límites los colocamos también en lugares diferentes".
Sin embargo para Para Morten Kjæum, director del FRA, la libertad existente en el país, y la falta de comunicación en las familias, tiene una clara consecuencia: "estamos haciendo a nuestros jóvenes más vulnerables ante la violencia y el acoso sexual que en otros países europeos", señala.

1 comentario:

  1. Yolanda Besteiro, presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas, afirma que a los colectivos como el suyo —que se reúnen con sus homólogos en otros países y también con autoridades políticas del ramo— ya les constaba "la escalada de la violencia machista en los países nórdicos". "Hace tres o cuatro años que están preocupados por este tema porque un problema que permanece oculto, no existe. Y si no hay problema, tampoco hay medidas".

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