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miércoles, 30 de abril de 2014

Estados Unidos, Condenado a muerte muere tras agonizar cuarenta minutos

Sala de ejecución.
La polémica vuelve a sobrevolar el tema de la pena de muerte en Estados Unidos luego de que un asesino condenado a muerte muriera de un paro cardíaco tras sufrir durante casi una hora debido a una falla que se produjo durante su ejecución en Oklahoma.
El estado de Oklahoma suspendió este jueves una de las dos ejecuciones que se iban a llevar a cabo en la cárcel de McAlester después de que la primera de ellas se convirtiese en una desagradable chapuza.
Clayton Lockett, de 38 años y que había matado a una mujer de 19 años, fue ejecutado el viernes cerca de Oklahoma City con una inyección letal. Sin embargo, cuando le estaban inyectando uno de los tres medicamentos estalló una vena, señala el canal KFOR-TV.
Media hora después de inyectársele el cóctel mortal, el reo se retorcía aún entre convulsiones y jadeos, por lo que el médico ordenó detener la ejecución. Pese a ello, Lockett fallecía unos 10 minutos después. Tras el despropósito, se suspendió la ejecución de otro reo, Charles Warner. La desastrosa ejecución pone de nuevo en la palestra el debate sobre la pena de muerte en EE UU y sobre las sustancias usadas para las ejecuciones.
La gobernadora de Oklahoma, Mary Fallin, ordenó una investigación de los hechos y suspendió las ejecuciones durante las próximas dos semanas. La política exigió estudiar sobre todo la dosis de las drogas inyectadas. También la fiscalía está investigando el hecho.
Los abogados de Lockett habían pedido información sobre las drogas usadas en la ejecución, pero la Corte Suprema del estado se negó alegando que había que proteger a los fabricantes de los medicamentos con los que se produce la pérdida de conocimiento y se provoca que la persona deje de respirar.
Image: Charles Warner, Clayton Lockett
Charles Warner, (izquierda) y Clayton Lockett. Captura de la web de la NBC.
La abogada del hombre que iba a ser ejecutado después de Lockett fue lapidaria con las autoridades. "Clayton Lockett fue torturado hasta la muerte", afirmó Madeline Cohen.
Cohen reclamó una investigación independiente. "No hay duda de que tenemos que tener respuestas completas de qué fue lo que marchó mal", dijo, y también exigió que las autoridades den información sobre las drogas usadas, su procedencia y efectividad. 
A las 6:23 (hora local) se le administró la primera sustancia, que debía dejar incosciente al reo. Diez minutos después, el médico presente en la cámara de ejecuciones declaró inconsciente a Lockett, por lo que los funcionarios procedieron a suministrar las otras dos sustancias, una para bloquear la respiración y otra para detener el corazón. Entonces, la cosa empezó a ir mal: Lockett empezó a tener convulsiones, su cuerpo se retorcía y mascullaba. A las 6:37, según el relato del diario The New York Times, intentó levantarse y gritó. En ese momento, el director de la prisión ordenó correr la cortina y velar la escena a los testigos. Unos largos minutos de agonía después, el director ordenó detener la ejecución. A las 7:06, Lockett fallecía en la misma cámara de ejecuciones de un ataque al corazón.
Ziva Branstetter, testigo de la ejecución, declaró a la cadena MSNBC que el reo se revolvía y parecía sufrir. "Su cuerpo se agitaba y su mandíbula se tensaba. En varias ocasiones masculló frases ininteligibles", dijo la testigo. Otro testigo aseguraba que el condenado dijo "Oh, man". Cuando era evidente que la ejecución no estaba saliendo bien, las autoridades decidieron ocultar la escena corriendo una cortina sobre la cámara de ejecuciones. "Ha sido una chapuza, ha sido difícil de presenciar", ha declarado David Autry, uno de los abogados de Lockett. "Era una tortura", ha dicho otro, Dean Sanderford, a The New York Times.
Se espera que la chapucera ejecución sirva al menos para encender de nuevo el debate sobre la pena de muerte y sobre las sustancias usadas en las ejecuciones. De momento, Mary Fallin, gobernadora de Oklahoma, ha declarado que ha pedido "al departamento Penitenciario una completa revisión de los procedimientos de ejecución para determinar qué ha pasado".
La ejecución de Lockett y Clayton había sido aplazada varias veces por una batalla legal en torno a los nuevos cócteles mortales para las ejecuciones. Actualmente, el estado de Oklahoma utiliza tres sustancias: midazolam para provocar la inconsciencia; bromuro de vecuronio para detener la respiración y cloruro de potasio para parar el corazón, según el departamento penitenciario de dicho estado.
En enero,en Ohio, Dennis McGuire murió entre jadeos y ahogos 25 minutos después de ser injectado con otro cocktel experimental.
En 2011, el único laboratorio estadounidense que fabricaba el anestésico utilizado en las ejecuciones paró su producción. Los estados comenzaron a emplear otro producto, el pentobarbital, fabricado en Dinamarca y usado para la eutanasia animal pero el productor acabó cediendo a la presión y rechazó continuar con la venta.
La negativa de las farmacéuticas a cooperar con los estados que aplican la pena capital está causando una escasez de fármacos que obliga a las autoridades a recurrir a sus propios combinados, lo cual está suscitando un amplio debate en el país.
La ejecución de Charles Warner, fue aplazada 14 días.
Lockett había sido sentenciado a la pena de muerte en 1999 por el asesinato de una joven de 19 años.
Y Warner fue encarcelado por violar y asesinar a una niña de 11 años.
Lockett y Warner trataron de desafiar una ley del estado de Oklahoma que impide a los funcionarios revelar, incluso ante un tribunal, los nombres de las empresas que suministran los fármacos usados para sedar a los condenados, y paralizar su corazón y sistema respiratorio.
El estado mantiene que esta norma es necesaria para proteger a estas compañías de acciones legales y hostigamiento.
Lockett y Warner alegaron que era necesario saber el nombre de las firmas para asegurarse de que la calidad de las drogas usadas en sus ejecuciones fuera la adecuada, además de verificar que se obtuvieron de forma legal.
En marzo una corte dictaminó a su favor, pero el más alto tribunal del estado revirtió la decisión la semana pasada, alegando que "los demandantes no tienen más derecho a la información que solicitaron que el que tendrían si fueran ejecutados en la silla eléctrica".
Estados Unidos es el quinto país del mundo que más aplica la pena de muerte, solo por detrás de China, Irán, Irak y Arabia Saudí.

1 comentario:

  1. Una vez más aprovecho una noticia como esta para expresar mi repulsa por las penas de muerte como a las penas de prisión. Pero hasta que se pueda abolir dichas penas, se podría utilizar una mínima cantidad de digitalina para cerrar los ojos para siempre, se trata de una sustancia muy eficaz y fácil de adquirir.
    Mis argumentos para tener ese criterio es extenso, por lo que explico todo mucho más detallado en mi web; www.tudeudaconelplaneta.es.tl que en breve la voy a sustituir por otra nueva; www.tevasaenterar.es donde podrás ver más de 300 artículos que espero que os sirva para ser mejores personas.

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