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lunes, 3 de marzo de 2014

Ucrania, Rusia pide la rendición de las fuerzas ucranianas en la península de Crimea

Un soldado ruso vigila la entrada de una base naval ucraniana.
Un soldado ruso vigila la entrada de una base naval ucraniana. EFE.
La península de Crimea está prácticamente ya en manos de Rusia. La autoridad del estado central ha desaparecido en la región, mientras soldados prorrusos sin insignias controlan las principales infraestructuras civiles y militares. Y, según Kiev, Moscú ha lanzado un ultimátum para que las fuerzas ucranianas en Crimea se rinda a los mandos rusos. Según el Ministerio de Defensa ucraniano
Rusia ha dado un ultimátum hasta las 05:00 hora local del martes para que las tropas ucranianas en la región autónoma de Crimea se rindan incondicionalmente.
Las declaraciones procedentes del Ministerio ucraniano han sido recogidas por la agencia rusa Interfax, que cita expresamente que la reacción rusa será la de lanzar un ataque militar: "Si no se rinden antes de las 4.00 horas, un asalto real se realizará contra las unidades y divisiones de las fuerzas armadas ucranianas en Crimea".
No obstante, el Ministerio de Defensa ruso ha desmentido este mensaje y ha calificado la información de la agencia Interfax de "completo disparate".
Un portavoz de la flota rusa añadió que la existencia de un plazo para las tropas ucranianas no tiene sentido.
"Estamos acostumbrados a informes diarios que nos acusan de preparar una acción militar contra nuestros colegas ucranianos, no seremos empujados hacia una confrontación", declaró el portavoz, según recoge la BBC.
La Guardia Fronteriza ucrania ha detectado un aumento de tropas rusas desplegadas en la península de Crimea, donde desde la semana pasada se están registrando tensiones separatistas por la llegada de las nuevas autoridades de Kiev. La misma Guardia ha alertado de que también se han producido movimientos militares rusos en torno al puerto ucranio de Sebastopol, donde tiene su base la flota de la Marina rusa en el mar Negro y donde, al parecer, las fuerzas del presidente ruso, Vladimir Putin, han bloqueado las comunicaciones de telefonía móvil.
En las bases militares se suceden las negociaciones entre mandos rusos y ucranianos, algunos de los cuales se han negado a subordinarse, aunque de momento no se ha señalado ningún disparo.
Además, a lo largo de la mañana del lunes, aproximadamente un centenar de manifestantes prorrusos han tomado el primer piso de uno de los edificios de la Administración en Donetsk, al este del país, según la agencia Reuters.
El primer ministro de Ucrania, Arseni Yatseniuk, aseguró hoy que "nunca entregaremos Crimea". En una conferencia de prensa en Kiev, Yatseniuk advirtió a las autoproclamadas autoridades prorrusas de Crimea de que serán responsables ante la ley ucrania por sus acciones. Advirtió además que un conflicto en Ucrania destrozaría la estabilidad regional.
Según la agencia EFE, un portavoz del Gobierno prorruso de Crimea ha asegurado que la 204º base aérea de las Fuerzas Aéreas de Ucrania, equipada con 45 cazas y cuatro aviones de instrucción, se ha pasado bajo el mando de la república autónoma ucraniana de Crimea, que no reconoce el Gobierno de Kiev.
"La comandancia de la 204º base de Belbek [en las afueras de Sebastopol] anunció que se pasa al lado del pueblo crimeo", reveló el portavoz a la agencia rusa Interfax. Aunque esta información no ha podido ser confirmada.
Apenas una hora antes de que se conociera el, supuesto, cambio de bando de la base, el comandante de la brigada de aviación táctica de Belbek, Yuro Mamchur, escribía en su página de Facebook "todos los efectivos de la brigada son leales al pueblo de Ucrania y su juramento, y están listos para defender, armas en mano, la integridad territorial de Ucrania".
Coincidiendo con este anuncio, un grupo de manifestantes prorrusos asaltó y tomó hoy la sede del Parlamento regional en la ciudad ucraniana de Odessa (Mar Negro).
Según las fuentes, los asaltantes irrumpieron en la Cámara cuando estaba celebrando una sesión, armados con porras, tras romper algunas puertas y ventanas.
El despliegue de soldados rusos sin identificar empezó el viernes. Durante el fin de semana, el ministro ucraniano de Defensa, Igor Teniuj, denunció que Rusia había enviado 6.000 soldados adicionales a Crimea, aunque este extremo no se ha confirmado.
Los uniformados bloquean la sede de la Dirección Regional de Guardafronteras de los mares Negro y Azov, los destacamentos de Simferópol y Kerch, y los puestos de la guardia marítima de Kerch y Sebastopol, según las autoridades ucranianas.
También se han hecho con el control total del puerto de Kerch, conexión marítima entre Crimea y Rusia a través del estrecho del mismo nombre, según aseguran medios locales ucranianos.
Las Fuerzas Armadas ucranianas, además, sufren una aparente división interna. Más de 5.000 de sus efectivos se habrían subordinado a las autoridades de la república autónoma de Crimea, según ha asegurado un portavoz de las mismas a la agencia Interfax, aunque no hay ninguna confirmación.
El primer ministro prorruso de Crimea, Serguéi Axiónov, al que Kiev no reconoce, ha anunciado la creación de una Marina de Guerra propia. Axiónov ha indicado que el mando de la Armada lo tendrá el contraalmirante Denís Berezovski, que el domingo juró lealtad al gobierno autónomo tras desertar como comandante en jefe de las fuerzas navales ucranianas, cargo que había asumido el sábado. 
"La situación de Ucrania es muy peligrosa. No se pueden guiar los asuntos internacionales en el siglo XXI como lo está haciendo Rusia", ha declarado el ministro de Exteriores británico William Hague. Según el diario The Guardian, el Ejército ruso ya tiene el control de la totalidad de la península de Crimea, región autónoma ucrania donde la mayoría de sus habitantes -unos dos millones de personas- son prorrusos. Mientras la tensión militar aumenta, el rublo (moneda rusa) alcanza sus mínimos históricos respecto al dolar y al euro y las bolsas europeas caen. 
Soldados de infantería rusa caminan delante de un blindado en la...
Soldados, supuestamente , de infantería rusa caminan delante de un blindado en la ciudad de Sebastopol este domingo VIKTOR DRACHEV. AFP
Este lunes, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reúne por tercera ocasión para analizar la crisis ucraniana.
El organismo internacional ya debatió la situación en sendos encuentros el viernes y el sábado pero no tomó ninguna acción formal.
Lo único que quedó claro en ambas reuniones es la división existente entre Estados Unidos y Europa por un lado, y Rusia por el otro.
Rusia es uno de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, lo que significa que tiene capacidad de vetar cualquier acción propuesta por las otras naciones.
Para los analistas políticos la intención del presidente ruso no es afrontar los riesgos de un conflicto bélico que podría aislarlo internacionalmente, y de imprevisibles consecuencias, sino sentarse a negociar e imponer sus condiciones. "Estas pueden ser volver al acuerdo del 21 de febrero", por el que el presidente Víktor Yanukóvich se comprometía con la oposición a adelantar elecciones y regresar a la Constitución de 2004. Dicho acuerdo quedó en papel mojado por la oposición de los manifestantes, más nacionalistas y de ultraderecha, que forzaron la destitución del presidente.
Por otra parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia ha destacado este lunes la existencia de una "amplia coincidencia" de los enfoques de Moscú y Pekín sobre la situación en Ucrania. Esta "amplia coincidencia" de puntos de vista se ha puesto de manifiesto, ha subrayado el Kremlin, en el curso de una conversación telefónica mantenida entre el titular de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y su homólogo chino, Wang Yi, según un comunicado de la cancillería.
Lavrov y Wang, añade la nota, han acordado seguir en estrecho contacto para continuar sus intercambios de opiniones sobre la situación en Ucrania.
Ambos países son aliados en numerosos temas de política internacional frente al bloque occidental. Siria es el ejemplo más cercano; Rusia y China han bloqueado diversos proyectos de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pretendían condenar el régimen de Bashar el Asad.
Los países miembros del G7 (EE UU, Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia e Italia) decidieron ayer domingo suspender su participación en los preparativos de la cumbre del G8 (G7 más Rusia) en Sochi (Rusia), e instaron a Moscú a iniciar negociaciones directas con Ucrania para superar la crisis en la república autónoma ucraniana de Crimea. Los expertos, según AFP, creen que la crisis de Ucrania representa el más grave crisis entre Occidente y Rusia desde el colapso de la URSS en 1991.

 

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