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lunes, 31 de marzo de 2014

Brasil, 31 de marzo de 2005: La matanza de la Baixada Fluminense

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Cerca de 30 seres humanos murieron la madrugada del jueves al viernes del último día de marzo del año 2005, en una matanza promovida en diferentes suburbios de Río de Janeiro por desconocidos que se movilizaban en dos vehículos y dispararon indiscriminadamente contra diferentes grupos de personas.
Fuentes de la secretaría de Seguridad Pública admitieron que entre los homicidas existieron policías y que entre los fallecidos se encontraban mujeres y niños.
En la acción de exterminio más pavorosa de la historia de Brasil, un escuadrón de la muerte integrado por policías, masacró a cerca de 30 personas entre la noche del jueves del día 30 de marzo y la madrugada del 31. Era el año 2005.
Otras dos resultaron heridas en la mayor ejecución en masa de la violenta historia de esa ciudad, que ya contaba con varios antecedentes penosos: en 1993, 21 personas cayeron bajo las balas policiales en Vigario General, un episodio que dio la vuelta al mundo, o la matanza de niños de la Candelaria.
Aquel jueves de marzo, a altas horas de la noche, una misma banda asesina disparó a quemarropa contra pobladores de favelas en la región conocida como Bajada Fluminense. El baño de sangre no distinguió niños, mujeres ni ancianos. La propia policía civil carioca, comandada por el comisario Alvaro Lins, que estaba a cargo de la investigación de esa orgía sangrienta, admitió que las víctimas "fueron elegidas al azar" y "no tenían antecedentes delictivos". Se impone entonces una conclusión: las ejecuciones no tuvieron nada que ver con un ajuste de cuentas entre bandas de narcotraficantes.
Familiares de las víctimas protestan en Nova Iguaçu (Foto: Silvia Izquierdo/AP)
La "Matanza de la Bajada Fluminense", hasta hoy está presente en el recuerdo de habitantes de la región. Para que el caso no caiga en el olvido, entidades sociales realizan desde la semana pasada, acciones referentes a la tragedia.
De acuerdo con informaciones del Padre Justin Munduala, director del Centro de Derechos Humanos Don Adriano Hypolito, 11 policías fueron acusados como responsables del crimen. Sin embargo, sólo cuatro de ellos fueron condenados por el caso.
José Augusto Moreira Felipe, uno de los policías que participó de aquella masacre, que tenía 14 antecedentes penales pero ninguna condena, fue sentenciado a 18 años de prisión, en régimen cerrado, por cada uno de los 29 asesinatos y a otros 12 años por una tentativa de homicidio.
La jueza Elizabeth Machado Louro consideró los crímenes de la Baixada Fluminense (suburbios de Rio de Janeiro) como "una barbarie que conmovieron a la población. Los agentes (policiales) recorrieron varias direcciones y ejecutaron discrecionalmente a personas inocentes", inclusive niños.
Añadió que fue una matanza "repugnante" por ser cometida por policías "que debían estar comprometidos con la defensa del orden y de la vida humana".
El cabo Moreira Felipe fue el segundo integrante de las fuerzas policiales condenados por las muertes de tantos inocentes.
La matanza de aquella madrugada del viernes ocurrió en la Baixada Fluminense, un conjunto de municipios pobres aledaños a Río de Janeiro que siempre se caracteriza, hasta los días de hoy, por sus elevados índices de criminalidad y por la presencia de violentos grupos de exterminio que campan a sus anchas.
Otros 11 cuerpos hallados, aquel día, en otras localidades de la llamada Baixada Fluminense no pudieron relacionarse con la matanza.
En la noche del día 31 de marzo de 2005, patrulleros de la policía militar, en un recorrido de 15 kilómetros entre los municipios de Nova Iguaçu y Queimados, asesinaron 29 personas a sangre fría. Las víctimas eran personas comunes que pasaban por la calle o que estaban en bares de la región. Fueron muertos comerciantes, mozos, funcionarios públicos y hasta niños que usaban videojuegos.
Nueve años después de la masacre de la Baixada, nuevas masacres continúan siendo protagonizados por policías militares y civiles. En 2007, 19 personas fueron muertas en el episodio que quedó conocido como la masacre del Complejo del Alemán, ocasión en que mil policías invadieron el complejo de favelas y, según denuncias de testigos, ejecutaron las víctimas con tiros en la cabeza y en el pecho. En enero del presente año doce personas fueron asesinadas en Campinas (São Paulo) en lo que, se supone, fue otra acción de exterminio.
El periódico carioca O Globo publicaba el día 2 de abril de 2005,"Niño, estudiante, comerciante, desempleado, funcionario público, llavero, pintor, camarero. Durante dos horas, en una extensión de 15 kilómetros en la noche de anteayer, criminales mataron 30 personas inocentes, en los municipios de Queimados y Nova Iguaçu, en la Baixada Fluminense. Solo dos de ellos tenían antecedentes criminales, pero ya no le debían nada a la Justicia", en una columna bajo el título "Solo por el terror".
El diario The New York Times calificaba los hechos como uno de los "peores baños de sangre de esa violenta metrópolis".
Entre los muertos había además de hombres y mujeres, un niño de 7 años y dos adolescentes de 13 y 14 años respectivamente.


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