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domingo, 16 de febrero de 2014

España, La violencia se profundiza en el fútbol español

Un futbolista del Villareal golpea el bote de gas lacrimógeno, cuyo humo invadía el estadio. JJORDAN (AFP)
Para muchos hasta la fecha, diversos países latinoamericanos eran sinónimo de violencia en el fútbol, Brasil o Argentina para poner un ejemplo, sin embargo, aunque los medios intenten pasar por encima con cierta discreción, parece que al igual que en la política y en temas sociales, España está empecinada en retroceder varias décadas en la violencia en fútbol, ante la permisividad de las autoridades de la Federación Española de Fútbol y de la Liga Profesional, así como de políticos y otras autoridades.
Aunque parezca extraño esta involución en el comportamiento de aficionados, directivos, futbolistas e incluso periodistas deportivos, es en parte, solo hace falta seguir de cerca programas de diferentes cadenas de la televisión española, como Tiki-Taka, Estudio Estadio o el Chiringuito de Jugones, -donde la violencia dialéctica y la disculpa de actitudes antideportivas tienen preferencia sobre otras cuestiones técnicas o tácticas e inclusive el propio comentario sobre los partidos-, para llegar a entender este retroceso en el compartimiento de una gran cantidad de "aficionados" que asisten todos los fines de semana a juegos de fútbol de las diferentes categorías, desde profesional hasta amateur, del deporte rey en España. La crispación en el fútbol es consecuencia del tratamiento periódistico de los medios y programas televisivos del fútbol, más preocupado por la generación de polémicas y rivalidades, por el sensacionalismo y el amarillismo que por las cuestiones meramentes deportivas.

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Momento del pisotón por detrás de Arbeloa a Diego Costa, con el juego parado.
Cuando hace unos días los jugadores del Real Madrid, en su enfrentamiento con el Atlético de Madrid, en un encuentro por la Copa del Rey de España, demostraron con golpes bajos, agresiones subterráneas, lanzamientos de mucosidades etc. una actitud más cercana a bandas primitivas que a seres humanos civilizados, los comentarios periódisticos no se quedaron atrás en las disculpas de diversas actitudes que se pudieron observar durante el desarrollo del encuentro, sin que nadie tuviese el valor de intervenir posteriormente de oficio, si uno prefiere imaginar que el juez no vio ninguna de esas acciones, y sancionar con todo el peso del reglamento a los diversos infractores, se dio pase libre a la violencia.
Tras ese ejemplo de "deportividad" algún energúmeno agredió, lanzando un encendor, al futbolista del Real Madrid Cristiano Ronaldo, la actitud "ejemplarizante" de la Real Federación Española de Fútbol fue una multa de 600 euros al equipo local, el Atlético de Madrid.
Cristiano, junto a Ramos, recibe el impacto del mechero.
Con todos esos, y muchos más que no vamos a redactar, pues no tendríamos ni espacio ni tiempo suficiente, en todas las categorías del fútbol nacional y amateur, incluso el infantil, ayer otro incidente violento volvió a empañar la fiesta del fútbol. El lanzamiento de un bote de gas lacrimógeno provocó la suspensión del partido Villarreal - Celta cuando marchaba con 0-1 para el equipo visitante.
El bote cayó al césped y el partido tuvo que suspenderse, y el estadio evacuado, más de un cuarto de hora cuando tan solo faltaban tres minutos para el final. Finalmente los jugadores y el árbitro, junto a algunos centenares de espectadores, regresaron al terreno de juego para completar el choque.
Bruno Soriano, capitán del Villarreal, se mostró muy afectado por todo lo sucedido en El Madrigal anoche tras el lanzamiento de un bote de gas lacrimógeno al campo y reconoció haberlo pasado "muy mal" y no entender como "alguien puede hacer una cosas como esa en un campo de fútbol".
El futbolista insistió en que no entiende cómo alguien "puede pensar en hacer una cosa como esta y sobre todo poner en peligro a toda la gente del campo".
Preguntado por las sensaciones y por lo que se vivió en el campo, Bruno explicó que "ha sido un momento complicado, de muchos nervios y de mucha angustia, lo hemos pasado mal".
El centrocampista apuntó que personalmente lo pasó "muy mal", ya que hubo "un momento en el que se hacía difícil respirar y por ello, hemos decidido salir del campo, no se podía soportar".
Había 16.000 espectadores en El Madrigal, que fueron conminados a través de la megafonía del club a que desalojaran el recinto, cuando el objeto, lanzado con un propulsor para que llegara los más lejos posible, impacto en el césped, lo que sucedió ordenadamente y sin ningún conflicto.
Numerosos espectadores, y los propios futbolistas, sufrieron irritaciones en los ojos y problemas respitatorios.
Según las primeras investigaciones del club, la persona que lanzó la botella con el gas llevaba, para dificultar su identificación, un pasamontañas.

En septiembre del pasado año Aficionados del Real Jaén y del Córdoba se lanzaron a la calle en una auténtica batalla campal. Los dos grupos de hinchas se enzarzaron en una pelea que acabó con una decena de detenidos así como una veintena de heridos leves. Muchos desperfectos que hicieron que las fuerzas de seguridad del Estado tuvieran que emplearse a fondo para conseguir que se redujeran.
El pasado mes de enero, tras el empate entre los equipos del Sporting de Gijón y el Zaragoza, de la segunda división española, José Ramón Sandoval, entrenador del primero, compareció en la rueda de prensa, posterior al partido, con una herida en la nariz y con el ojo hinchado por una pelea que al parecer se habría producido en el descanso del encuentro, con miembros del equipo rival.
Hoy mismo, una pelea entre aficionados del Deportivo de La Coruña y el Sporting de Gijón a menos de medio kilómetro del estadio de Riazor, en la ciudad gallega de La Coruña donde se han enfrentado ambos equipos, se ha saldado con cuatro detenidos y un herido leve.
Los hechos se produjeron a las 09:15 horas, informaron a EFE fuentes de la Policía Nacional, y acabaron con tres aficionados del Sporting detenidos y uno del Deportivo.
El encuentro entre el Deportivo y el Sporting, en el que se dieron cita unos 7.000 aficionados del conjunto asturiano, había sido declarado de alto riesgo por la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte.
Como en cualquier país del mundo, acabar con la violencia, dentro y fuera de los terrenos de juego, es responsabilidad de todos los protagonistas envueltos en este espéctaculo deportivo, aunque veces pierda ese adjetivo. Aunque al igual que en muchos países la misma solo sea una consecuencia de la crispación social.

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