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sábado, 8 de febrero de 2014

España, Catorce inmigrantes mueren intentando entrar en la localidad española de Ceuta

Inmigrantes frente a la valla de Ceuta. EFE.
La polémica está servida. Mientras el delegado del Gobierno en Ceuta, Francisco Antonio González, reconocía que la Guardia Civil disparó salvas y pelotas de goma en la avalancha de inmigrantes subsaharianos que pretendían llegar a Ceuta, ahora el director general de la Benemérita, Arsenio Fernández de Mesa, lo niega. Sea como fuere, ayer viernes por la mañana se encontraron algunos casquillos, de bala de fogueo, en la playa de Tarajal, punto donde llegaron a nado algunos de los inmigrantes.
Womsi Desire, un inmigrante camerunés, describe cómo vivió, el pasado jueves, el trágico intento de entrada masiva en la ciudad de Ceuta, enclave español en el norte de África, que se saldó con catorce inmigrantes muertos. "Estoy herido. La Guardia Civil me disparó pelotas de goma en la cabeza. La gente ha muerto en el agua porque ha perdido sus flotadores por culpa de la Guardia Civil. También nos lanzaron gases lacrimógenos mientras nadábamos", fueron sus palabras según recoge el diario español El Mundo.
Buback, un maliense de 17 años, que vive en una ladera de una de las montañas que rodea Ceuta, apenas a tres kilómetros del paso fronterizo, relata para El País, "Quedamos a las doce de la noche en este campo de fútbol", cuenta el joven mientras señala una explanada de piedras y cantos, en mitad de dos montañas. "A las dos de la madrugada empezamos la marcha hasta la valla", apostilla. A las ocho de la mañana, el joven cuenta que se lanzó al agua en el dique marroquí. "Tenía que pasar como fuese" dice. Pero no lo consiguió. Sonaban las sirenas de los coches de policía, se oían los tiros al aire disuasorios. "Los agentes españoles nos lanzaban pelotas blancas de goma", relata Buback, apoyado delante de una pequeña casa a la que señala y dice "es de un marroquí".
En una aldea de apenas tres casas, el joven cuenta que los agentes españoles, subidos en las piedras, les disparaban a los que estaban en agua. Él sabe nadar. Otros, no. Y entonces empieza a enumerar: llantos, sangre, miedo, carreras y "pum, pum, pum", según relata para el diario español El País.
Hubo dos intentos infructuosos para llegar a la valla. Al tercero, cuando los inmigrantes se dividieron en tres grupos, ocurrió la tragedia.
"Vimos sacar 14 cuerpos. ¡14!", exclama el maliense, que dejó en su país a sus padres y un hermano, llegó a Marruecos en coche hace un año y pagó por ese viaje 600 euros, según declara. Él asegura que la Guardia Civil (un cuerpo policial de España) devolvió, tras ser capturados, a varios inmigrantes a los militares marroquíes.
Buback, no desistirá, espera llegar en algún momento a su próximo destino: Barcelona, donde, según dice, le aguarda su hermano.
Gritos en la frontera del espigón en Ceuta
Inmigrantes cerca de la playa, de Ceuta, donde les aguardan agentes de la Guardia Civil.
Un vídeo muestra cómo algunos inmigrantes están ya en aguas españolas, superada la avalancha, pero a punto de ser capturados por los agentes. El delegado del Gobierno asegura que el material antidisturbios se empleó únicamente como medida disuasoria y nunca directamente contra lo inmigrantes.
La tragedia del jueves en la frontera de Marruecos con Ceuta no cesa, tras la recuperación de 14 cadáveres en las aguas del Mediterráneo, la defensora del Pueblo, Soledad Becerril, investiga de oficio la actuación de las fuerzas del orden españolas, mientras el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, pide comparecer en el Congreso.
Todos los cuerpos sin vida han sido localizados en aguas jurisdiccionales del Reino alauita, en las inmediaciones del último espigón fronterizo que, tras medio centenar escaso de "tierra de nadie", marca el inicio del territorio español. 
Según informó la Delegación del Gobierno, ninguno de los más de 250 inmigrantes logró traspasar la frontera y casi todos se encuentran arrestados en dependencias policiales marroquíes.
El grupo de unos 250 inmigrantes se adentró en el mar en las inmediaciones del paso fronterizo del Tarajal a las 8.00, después de haberlo intentado antes por la vía terrestre sin éxito, no consiguieron salvar el doble vallado -de 8,2 kilómetros de longitud- que separa la península ceutí del Reino alauita, dado que fueron repelidos con material antidisturbios por la Guardia Civil, en la zona española, y por la Gendarmería y las Fuerzas Auxiliares del ejército, en la marroquí.
Dacoleiv, Keta Ibrahim, Oncle Nonga, S. Matin, de Camerún, Togo o Senegal, son algunos de los que se quedaron en el agua, a escasos metros de ver cumplido su sueño.
Desde las ONG critican la virulencia con que actuaron los guardias civiles al repeler la entrada de los indocumentados, mientras que el Gobierno asevera, por el contrario, que los policías de ambos países no recuerdan "un nivel de violencia similar por parte de los subsaharianos".
"Lo que nos dicen los numerosos testimonios que hemos recogido es que algunos inmigrantes se han podido ahogar por la intervención de la Guardia Civil. Los agentes han utilizado pelotas de goma y gases lacrimógenos contra ellos", aseguró ayer Helena Maleno, activista del colectivo Caminando Fronteras.

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