Translate

sábado, 7 de diciembre de 2013

Estados Unidos, La quiebra de Detroit hace peligrar las pensiones de miles de funcionarios públicos

Detroit, en Estados Unidos
Vista aérea de Detroit. EFE
Un juez estadounidense aprobó el pasado martes la bancarrota de Detroit, la mayor de un municipio en la historia del país, con un fallo de repercusión nacional que pone fin a medio siglo de protección de las jubilaciones de los empleados públicos. Detroit es oficialmente la mayor ciudad en la historia de EE UU en declararse en bancarrota.
El juez Steven Rhodes afirmó que Detroit, otrora símbolo de la industria automovilística, puede encarar un plan de reestructuración de sus deudas, que suman unos 18.000 millones de dólares, según un despacho de la agencia de noticias EFE.
"Esta ciudad, otrora orgullosa y próspera, no puede pagar sus deudas", indicó el juez.
"Es insolvente. Y es elegible para la bancarrota. Ésta es, también, una oportunidad para empezar de nuevo", añadió en su fallo.
Rhodes dictaminó que, siendo ésta una bancarrota solicitada a un tribunal federal, no se aplica la ley de Michigan.
Los sindicatos de empleados públicos y los grupos de jubilados habían alegado contra la bancarrota, declarada en julio pasado, que la Constitución de Michigan no permite reducciones en los planes de pensiones.
Protesta de trabajadores por la medida de bancarrota tomada por el juez.
El alcalde, Dave Bing ha comentado respecto a la decisión judicial, "Creo que desde que accedí al cargo, con la crisis que teníamos, esto era inevitable. No creo que a nadie le guste tener que ir en esta dirección, pero ahora que estamos ante esta situación es importante que trabajemos todos juntos en vez de luchar unos contra otros".
Por su parte, Kevyn Orr, director de emergencias de Detroit declaró: "Estamos satisfechos, pero seguimos muy preocupados sobre la necesidad de ajustar la deuda de la ciudad, de elevar la calidad de los servicios para la ciudadanía y de preparar la salida de esta tesitura de tal manera que restaure la democracia en la ciudad".
El gobernador republicano de Michigan, Rick Snyder, designó a Orr en marzo para que interviniera el municipio después de más de un año de negociaciones con los gobernantes elegidos de la ciudad para tratar de resolver la crisis financiera.
Cuatro meses después, Orr, un abogado especializado en bancarrotas de empresas privadas, presentó la solicitud de protección en la bancarrota para Detroit. El interventor municipal dijo este martes que presentará en la primera semana de enero un plan de reestructuración financiera y que espera que los sindicatos colaboren en las conversaciones con el alcalde electo, Mike Duggan.
La Federación Estadounidense de Empleados Estatales, de Condado y Municipales presentó su notificación de apelación minutos después del fallo, y la abogada sindical Sharon Levine dijo que éste es el primer paso en un trámite que acabará en el Tribunal Supremo de Justicia. 
Detroit, devastada económicamente por la Gran Recesión, es la octava ciudad estadounidense que se declara en bancarrota desde 2012. La situación es tal que ni siquiera están garantizadas las pensiones de los empleados públicos. El gestor financiero designado por el Estado de Michigan presentará el plan de reestructuración en enero.
Entre los años 2000 y 2010, Detroit experimentó una salida de un cuarto de sus habitantes y hoy partes de la ciudad están convertidas en barrios fantasmas.
Además de la caída de contribuyentes y de ingresos, el desempleo, la salida de negocios y empresas ha provocado que las arcas de la ciudad no puedan ingresar lo suficiente para mantener el pago de sus compromisos y los gastos de servicios públicos.
El juez ratifica la bancarrota de Detroit
Un edificio despojado de materiales valiosos en Detroit Jeff Kowalsky - EFE
La sentencia abre dos "cajas de los truenos", la primera, que Rhodes ha declarado que, como parte de la reestructuración de la deuda Detroit podrá recortar las pensiones de sus empleados públicos, algo a lo que éstos se oponen en redondo. El dictamen judicial afecta especialmente a los fondos de pensión municipales cuyos recursos son vitales para los 22.000 funcionarios públicos jubilados y los 10.000 empleados activos de la ciudad.
La segunda es que abre la puerta a más suspensiones de pagos municipales gigantes en EEUU. El mercado de los bonos municipales (los llamados 'munis') acumula 4 billones de dólares (3 billones de euros) en inversión privada, gracias al favorable tratamiento fiscal que reciben estos activos. La posibilidad de más suspensiones de pagos como la de Detroit ha reducido el apetito de los inversores por este tipo de bonos.
Una de las preguntas que han surgido en los últimos días es si conviene vender los tesoros artísticos de la ciudad. En concreto, las piezas de la colección del Instituto de Artes de Detroit (DIA). La venta podría generar cientos de millones, "pero no habría evitado que Detroit entrara en quiebra" ha dicho el juez Rhodes. "Insto a la ciudad a que tenga cuidado cuando decida qué vender", ha pedido el juez Rhodes, autor del dictamen judicial que permitió a Detroit acogerse a las ventajas del arruinado por completo.
De esas palabras muchos interpretaron que el magistrado estaba preservando la colección. Ya han surgido las voces en contra.
En julio, Kevin Orr, gestor de la bancarrota, pidió una auditoría de las obras del DIA. Ante la resolución del juez, Orr anunció que "la venta de obras sigue siendo una opción". El museo es considerado una de las joyas de la nación, con más de 65 mil obras de artistas americanos como Warhol, Yves Tanguy y Alexander Calder, además de figuras extranjeras, entre ellas Picasso, Matisse, Rembrandt, Degas y Cézanne. También, fue el primero de EE.UU. en poseer un Van Gogh y su colección de arte grecorromano es una de las más valoradas del mundo.
Mikke Dugan, el primer alcalde blanco en cuatro décadas, y que en pocas semanas sustituirá al actual Jefe de Gobierno de la ciudad, Dave Bing, tendrá como principal reto recuperar la prosperidad pasada de una ciudad con una deuda que supera los 18.000 millones de dólares.
Las cuentas son un reflejo de lo que pasa en la calle. Detroit es una ciudad deprimida. Tiene la mitad de la población que hace seis décadas, unos 700.000 habitantes. El paro es el triple que en el año 2000, superior al 18%, y el 47% de las propiedades no pagan a tiempo los impuestos municipales. La policía, por ejemplo, tarda casi una una hora en responder, frente a los 11 minutos de media nacional, y la mitad del alumbrado público no funciona.
Sólo un tercio de las ambulancias están en funcionamiento. Los servicios de limpieza son deficientes. En algunos sectores el agua o la iluminación no funciona. Bomberos y policía no cuentan con el material adecuado para realizar su trabajo.
Detroit tiene, además, unos 78 mil edificios abandonados, convirtiendo sus calles en una auténtica ciudad fantasma.
La apuesta por los casinos, el béisbol y fútbol americano y el desarrollo inmobiliario no dieron sus frutos. Al contrario. La ciudad aceleró su decadencia paralelamente a la fuerte corrupción política desarrollada durante los 90. Ahora, los niveles de delincuencia en la ciudad presentan su mayor incremento en 40 años.
De la deuda total de Detroit, cerca de la mitad, unos 9200 millones de dólares, son conformados por los beneficios de pensión y de salud que la ciudad había prometido a los jubilados. Sin embargo, el gobierno municipal dice ahora que no tiene suficiente dinero para pagar por completo. Harry Harper, que vive en el nordeste de Detroit y se retiró en 2003 del Departamento de Agua y Alcantarillado de la ciudad después de 30 años de servicio, dijo a The Washington Post que hablar de recortes en los beneficios es un tema que lo angustia. "Me siento muy vulnerable. No sentimos que tenemos ningún tipo de protección", dijo Harper, de 61 años, que recibe 2100 dólares al mes en pagos de pensiones.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes dejar aquí tus opiniones e impresiones sobre una entrada concreta, sobre algún tema sobre el que te gustaría ver una nueva entrada o sobre cualquier tema del blog en general.