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lunes, 16 de septiembre de 2013

Polonia, Otro país europeo que se moviliza contra su gobierno por la reseción económica

Concentración en Varsovia. RT
Más de 100.000 personas se manifestaron el último sábado por las calles de Varsovia contra el frágil e impopular Gobierno de centroderecha del liberal Donald Tusk, al que consideran responsable de las dificultades económicas que está atravesando el país.
"Queremos la dimisión de Donald Tusk. Es la única forma de cambiar la  política social en Polonia", declaró Marek Lewandowski, portavoz de Solidaridad, uno de los tres sindicatos que organizaron la manifestación. 
"¡Nos estamos convirtiendo en esclavos en nuestro propio país!", se indignó Piotr Duda, jefe del sindicato Solidaridad, principal organizador de la manifestación. "¡Estamos hartos del desprecio del poder hacia el mundo obrero!", advirtió.
Seis años después de que Europa comenzara a hundirse en una crisis económica que está arrastrando a casi todos los miembros de la Unión Europea, el único país que había conseguido sortearla, con mayor o menor vigor, ha comenzado a sentir las consecuencias de convivir con vecinos que llevan años en recesión.
Ésta ha llamado a las puertas de Polonia, que ya percibe sus efectos con claridad y las medidas del gobierno para combatirla no han gustado a la población, que convocados por el sindicato Solidaridad, acompañado de otras organizaciones sindicales, han decidido, recordando épocas pasadas -década de los 80-, volver a tomar las calles de las ciudades más importantes.
El motivo: Una reforma laboral que amplía el margen de maniobra del empresario y un deterioro del empleo.
"Ya no aceptaremos más la política que lleva a la miseria y a la pobreza. Vamos a echar a este gobierno que no obra por los intereses de los empleados", lanzó por su parte Jan Guz, jefe del sindicato OPZZ.
Las manifestaciones convocadas por tres centrales sindicales son el punto culminante de cuatro días de protestas.
Cientos de autobuses que transportaban a los manifestantes llegaron a Varsovia desde primeras horas de la mañana. Venían sobre todo de Silesia (sur), con mineros y obreros de la siderurgia, y de Gdansk (norte), bastión de Solidaridad, con trabajadores de los astilleros.
"Seremos unos 150.000 manifestantes", precisó Marek Lewandowski, mientras las autoridades, como es habitual en todos los países en este tipo de eventos, reducían las cifras de participación ciudadana hasta las 100.000 personas.
Imagen de la manifestación del sábado.
Para la portavoz de Solidaridad esta ha sido una de las manifestaciones "más importantes desde hace años". La manifestación de este sábado es la última de cuatro días de protestas en Varsovia. 
Las críticas de los sindicatos se dirigen principalmente contra la decisión de elevar la edad de jubilación a 67 años, los planes de flexibilización de la jornada laboral y la extensión de lo que los representantes de los trabajadores califican de contratos basura. Los manifestantes gritaron proclamas pidiendo la convocatoria de una huelga general, mientras grupos aislados, al margen de la marcha principal, lanzaban bengalas. A lo largo de la marcha no se produjeron incidentes destacables.
Además acusan al jefe del gobierno, en el poder desde 2007 -Donald Tusk ha sido el único primer ministro reelegido en unas elecciones desde la caída del régimen comunista en 1989-, de hacer oídos sordos a sus reivindicaciones.  
"Ha habido otras protestas antes, pero estas han sido más importantes; podía verse en las calles, con manifestantes durante cuatro días", explica en conversación telefónica desde Varsovia Magdalena Dzialoszynska, periodista en el canal de noticias TVN24, para el periódico El País.
En septiembre de 2012, unas 40.000 personas ya se manifestaron en Varsovia contra la política gubernamental, mientras que durante el 2011 se produjeron las primeras reacciones contra la política económica del gobierno de Tusk.


El pasado sábado los manifestantes mostraron una estatua en tamaño natural de Donald Tusk ironizando con las promesas incumplidas.
Para los sindicatos polacos, las políticas liberales de Tusk conducen a una mayor precariedad laboral y a la emigración forzosa de miles de jóvenes, así como a una política de despidos masivos desde que se inició la desaceleración económica el pasado año.
El desempleo en Polonia se sitúa en torno al 13%, una cifra envidiable cuando se compara con otros países europeos, pero que no deja de ser alta y mostrar el inicio de un grave problema, mientras que el Ejecutivo tiene la esperanza de que el año se cierre con un crecimiento en torno al 1,3%, frente al 1,9% de 2012 y el 4,5% de 2011.
Las previsiones de crecimiento, por parte del FMI, para 2014, se sitúan en el 2,2%. Cifras lejanas a las que se produjeron tras la caída del régimen comunista y que superaron el 6% en algunos años.
Los manifestantes -ver vídeo- se desplazaron hasta la histórica Plaza del Castillo mientras portaban banderas y globos con los colores del estandarte nacional blanco y rojo, así como pancartas que decían "El gobierno de Tusk debe irse", "Vamos por ti" y letreros individuales que afirmaban: "Soy esclavo de Tusk".
En los últimos sondeos para unas elecciones que se celebrarán el año 2015, se puede observar como desapareció la ventaja de que gozaba el partido de Tusk, la Plataforma Cívica (PO), sobre su principal rival, el partido conservador Derecho y Justicia (PiS) de Jaroslaw Kaczynski, quien ya fue primer ministro desde julio de 2006 hasta noviembre de 2007, mientras su hermano Lech, ya fallecido, era presidente del país. Ambos tenían un discurso antieuropeo y eran mirados con recelo desde Bruselas, todo lo contrario que sucede con Donald Tusk. Éste llegó al poder tras superar a Jaroslaw en las elecciones de octubre de 2007.
Actualmente las encuestas conceden a PO entre 21% y 25% de las intenciones de voto y al PiS entre el 23% y 34%.
"En el Parlamento, la coalición gubernamental compuesta por los liberales y el Partido Campesino Polaco (PSL) se ha quedado con una mayoría frágil. Tres diputados que representan el ala derecha de los liberales, entre ellos el ex ministro de Justicia Jaroslaw Gowin, se salieron del partido acusándolo de haber traicionado sus ideales y de haberse alejado de las necesidades de la población.
La coalición en el poder no dispone más que de 232 votos, es decir uno más que la mayoría absoluta.
Tusk no descarta convocar elecciones anticipadas. Si el gobierno pierde la mayoría, "las elecciones anticipadas representan por supuesto una alternativa, porque un gobierno minoritario durante dos años es lo último que hay que desearle a Polonia", declaró el martes pasado", informa la web chilena emol, versión digital del periódico El Mercurio.

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