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sábado, 24 de agosto de 2013

India, Brigadas de adolescentes se unen contra los violadores y acosadores sexuales

Brigadas de adolescentes indias combaten y humillan a los violadores

Tras las últimas violaciones que se han sucedido en la India, las jóvenes del país ha decidido pasar a la acción y formar grupos de autodefensa.
Aunque el país está iniciando el camino para atajar esta epidemia de agresiones, que antes de ayer tuvo su último caso con una nueva violación múltiple a una fotoperiodista de 23 años, la cual fue agredida sexualmente por varias personas durante un largo espacio de tiempo, mientras su compañero de trabajo, con quien se encontraba haciendo un reportaje en una zona de Bombay, era golpeado y atado por otros miembros del grupo. La joven agredida fue ingresada en un hospital local, donde fue trasladada por su familia, donde se recupera de las graves lesiones internas que le produjo la agresión sexual, todavía falta un largo camino para recorrer, en una sociedad cada día más sensibilizada en la lucha contra las
Este fue el último acto de barbarie contra las mujeres en un país donde se contalibizan más de 24.000 casos por año de agresiones sexuales sin diferenciar la edad de la víctima.
Pero la lucha no compete exclusivamente a la policía local, así al menos piensa un grupo de jóvenes mujeres que en un polvoriento barrio, destartalado en las afueras de Lucknow, la capital de uno de los estados más pobres y los más conservadores de la India, Uttar Pradesh, ha organizado un grupo de vigilancia que  está convirtiéndose en indispensable. Así que no son vigilantes ordinarios. Son grupos de niñas que patrullan las calles con el objetivo de combatir, y humillar, a aquellos que comenten delitos sexuales, especialmente a los violadores.
Son niñas, sobre todo adolescentes, que vigilan sus calles para proteger a las mujeres, a las jóvenes y a niñas, como ellas, contra el acoso sexual. Vestidas con sus trajes tradicionales rojos y negros empleados por las mujeres en el sur de Asia, apuntan a los hombres que se han pasado de la raya. ¿El castigo? La humillación, a veces el peor de los castigos públicos. Su motivación es dolorosamente evidente. Cada chica que pertenece a las llamadas "Brigadas Rojas" ha sido víctima de un asalto sexual, algunas incluso han sido violadas por sus propios familiares, comentan. Todas tienen una historia para explicar.
En la mayoría de los casos, los crímenes han quedado impunes y la víctima sufrió su trauma y vergüenza de forma silenciosa. Estas chicas se han visto obligados a actuar, dicen, porque nadie más lo está haciendo.
Los delitos sexuales no son exclusivos de la India, existen imnúmeros países donde las mujeres sufren los mismos problemas, pero en este país el número de denuncias de violación ha aumentado  drásticamente, de 2.487 en 1971 a 24.206 en 2011, según cifras oficiales. Pero los grupos activistas, hombres y mujeres que comparten su preocupación por el mismo problema, dicen que esos datos son solo la punta del iceberg.
La mayoría de las mujeres en la India, un país donde un estigma cultural lleva a muchas víctimas de violación a no denunciar el crimen, son habituales las historias de abuso y acoso sexual en la calle o en el transporte público, de acuerdo con el Consejo Indio de Relaciones Globales, indica la CNN.
Para muchas personas en la India, hombres y mujeres, existe, aunque quizás por la presión de los últimos meses la misma haya disminuido, entre las autoridades y los ciudadanos una cierta tendencia a dar una "baja prioridad a las denuncias de asalto sexual".
La cuestión parece que llegó a un punto de inflexión, al menos fue cuando el problema adquirió repercusión internacional, en diciembre del año pasado. En ese mes una joven estudiante de 23 años de edad fue violada y golpeada por un grupo de hombres, mientras volvía a su casa, en un autobús público en Delhi. El ataque, días después la joven murió a consecuencia de la agresión, generó una ola de indignación en todo el mundo, y provocó multitudinarias manifestaciones en numerosas ciudades de la India, algunas de ellas reprimidas con dureza por la fuerzas policiales, en las que los manifestantes pidieron leyes más severas sobre los delitos sexuales y un cambio en las actitudes hacia las mujeres.
India tendrá más mujeres policías tras violación y asesinato de una joven

Con la atención mundial centrada en India tras el lamentable caso de la capital, las autoridades admitieron que era necesario actuar.
Entre las medidas que se están adoptando, el Ministro del Interior Sushil Kumar Shinde anunció, el pasado mes de enero, que la India iba a contratar a más mujeres policías, en la actualidad sólo el 7% de los miembros de las fuerzas policiales de la India son mujeres, según cifras del gobierno.
Las primeras audiencias judiciales por la vía rápida también se han introducido para tratar de agilizar los casos en un sistema de justicia empantanado por la burocracia. Significa que los juicios, una vez que comienzan, deben celebrarse a diario hasta que se dicte sentencia.
Sin embargo, los nuevos casos que van aflorando siguen manteniendo a la nación en estado de shock, como el de la la niña de 7 años violada en el baño de un tren, y posteriormente arrojada del mismo, en el final de semana del 11 y 12 de agosto, después de haber sido separada de sus padres.
Sin embargo la lucha contra la discriminación sexual en las calles de Lucknow llegó mucho antes de que la prensa internacional colocara su foco sobre los delitos sexuales en ese país asiático.
Las Brigadas Rojas las fundó en esta localidad hace años la profesora Usha Vishwakarma, que descubrió que una niña de 11 años de edad, que acudía a sus clases había sido violada por su tío.
Poco después de esta revelación, Vishwakarma tuvo que enfrentarse al intento de violación de un colega, que luego trató de atacarla. Se las arregló para luchar contra él, pero cuando trató de denunciar el incidente, la policía local no le prestó la menor atención. A nadie parecía importarle.
Hasta ese momento las mujeres eran consideradas responsable de incitar a los hombres en sus crímenes, y éstos podían salir libres con cualquier soborno.
"Sin la ley y el orden en el lugar, los casos de acoso sexual se habían convertido en endémicos y salir a la calle después del atardecer era imposible, hasta hace un par de años", le comentaba, para su edición en la India, Usha Vishwakarma, a la revista Marie Claire"Las niñas en Balmanch (una escuela primaria informal) donde doy clases, estaban creciendo y comenzaron los informes continuos sobre incidentes de acoso sexual. Todas habíamos sido víctimas de tales actos en un momento u otro", continuaba declarando. Y afirmaba posteriormente, "Fue después de que yo escapé de un intento de violación que me di cuenta de que tenía que hacer algo al respecto".
Para la CNN Vishwakarma, de 26 años, dijo que aquel intento de agresión le afectó mucho, tanto que la gente de su comunidad pensó que se había vuelto loca. Pero su agresor siguió libre y sin ningún castigo.
Al ir tomando conocimiento de que todas sus estudiantes habían experimentado algún tipo de abuso, desde comentarios lascivos y silbidos hasta casos de abuso sexual y violación, decidió partir para la acción. Especialmente cuando muchas de las niñas le  dijeron que tenían miedo de salir solas por temor a ser manoseadas o algo peor. Fue entonces cuando decidió Vishwakarma que las chicas tenían que protegerse a sí mismos en medio del silencio ensordecedor dentro de su propia comunidad.
A partir de ese momento 15 niñas de Balmanch, con edades comprendidas entre los 15 y 25 años, hicieron suya la causa y comenzaron a luchar y exponer la situación.
La "Brigada Roja" nació en ese momento y con un objetivo: Combatir la violencia sexual. 
Ellas visten con kurtas rojos y pantalones negros (El rojo para simbolizar el peligro y la lucha, mientras que el negro representa protesta) y, también, realizan obras de teatro, en las calles, sobre los derechos de las mujeres. Lo que comenzó como una pequeña iniciativa para dar voz a las víctimas de pronto se convirtió en un movimiento de pleno derecho, que ahora tiene unos 100 miembros. 
Actualmente, no solo organizan clases de defensa personal para las mujeres de la zona, como se han convertido en una activa fuerza social, que inclusive han adoptado funciones "policiales" para sí mismas. Entonces al mismo tiempo que intentan incrementar la conciencia de la sociedad de rechazo a las agresiones sexuales, también han llegado a utilizar la fuerza para defender su postura.
Jyoti, una de las jóvenes pertenecientes a la brigada, comentaba para Marie Claire, "En un principio, la batalla comenzó en casa. Mis padres eran reacios a dejarme salir de casa para enfrentar el combate contra los "hombres malos". Pero ahora están más confiados, y yo también, de que podemos vencer la lucha contra los acosadores".  
Uno de sus actos públicos de denuncia tuvo lugar, por colocar un ejemplo, cuando Preeti (la miembro más joven de la Brigada Roja) recibió una amenaza de violación por parte de un vecino. Llevado el caso a la policía local,la misma se negó a registrar la denuncia.
Motivadas por la negativa utilizaron la radio como medio para expresar su ira. Jyoti comenta, con orgullo, en relación a ese caso, "Yo dije, 'No me gusta la policía" y expliqué mis motivos en una emisora de radio. El comisario me escuchó en el programa y el caso fue resuelto de inmediato".
Lo que hace más interesante a este grupo de mujeres es que han diversificado su trabajo a lo largo del camino que están recorriendo, para hacer frente a otras cuestiones. Así, actualmente ellas pueden estar defendiendo a las víctimas de violacion, haciendo encuestas educativas o campamentos sobre salud, de esta manera tan corajosa hacen frente a los problemas desde la base. Y su trabajo no pasa desapercibido.
Entres sus acciones de denuncia está dirigirse, en grupos de cuatro o cinco jóvenes, públicamente a aquellos hombres que han intentado acosar a una niña y reclamarle que deje su actitud. Si el autor se niega a escuchar sus advertencias, le castigan burlándose públicamente de él.
Realmente una actitud muy valiente en una sociedad dominada por los hombres, comentan en la prensa local.
Vishwakarma admitió que se han visto obligadas a recurrir a la violencia en más de una ocasión aunque subrayó que esto no va más allá de alguna bofetada o tortazo.
"La idea es humillarlos. Estamos en nuestro derecho, se trata de defensa propia. La policía no nos apoya así que tenemos que defendernos por nuestros propios medios", explica la profesora.
Y ellas saben defenderse. Acuden regularmente a clases de artes marciales de autodefensa y ataque para utilizarlas cuando sea necesario. En un gimnasio al otro lado de la ciudad, las niñas, 15 de ellas, son puestas a prueba en colchonetas raídas por un instructor local de Kung Fu. Él las entrena en varias técnicas, desde puñetazos y patadas, hasta les enseña cómo desestabilizar a un atacante que se acerca por detrás.
Una imagen descolorida de Bruce Lee mira hacia abajo con aprobación, mientras cada una de las chicas ataca al instructor con un intenso enfoque y convicción.
Gyan, su instructor explica, para la CNN, que se está enseñando a las niñas de forma gratuita, "Yo lo hago por mi hija", dijo. "Estas chicas son valientes y lo que les están haciendo es humillante."
La sesión termina con ellas haciendo una fila e inclinándose con respeto a su instructor. Con estas aulas han aprendido claramente una manera de canalizar su ira.
Pero no se trata solo de Kung Fu. La formación que las niñas reciben les da también un gran apoyo en cuestiones de género, sexualidad y salud. Incluso ayudan a las niños más pequeños que asisten a la escuela.
Horas más tarde de la clase, las chicas se reúnen con otros partidarios en una protesta junto a una carretera muy transitada en el centro de Lucknow. Dirigidas por Vishwakarma, las chicas realizaron carteles en Inglés y Hindi en los que reclaman seguridad para las mujeres y reclaman un castigo más estricto para los delincuentes sexuales.
Algunos viajeros que se aferran a los autobuses las miran con curiosidad, mientras otros pasan por alto la escena por completo.
Cuando les preguntas si se trata de un problema cultural arraigado, la hermana de Vishwakarma, Lakshmi, de 16 años, sacude la cabeza enfáticamente. "Este no es un problema cultural, es un problema social porque los hombres tienen un estatus social más alto que las mujeres".
La protesta en carretera sólo atrae a unas pocas personas, pero para Vishwakarma, y su Brigada Roja está marcando la diferencia. "Los que estaban sin voz antes, las mujeres, ahora tienen una voz y pueden hablar por sí mismas y se animan", dijo.
La madre de Vishwakarma admite que tiene sus reservas acerca de lo que están haciendo sus dos hijas.
"Tenía miedo al principio les pregunté ¿por qué hacéis esto?. También hubo mucha presión en el barrio en contra de lo que hacían. Porque celebraban reuniones a altas horas de la noche... Entonces alguien me dijo: 'déjelas hacer lo que creen' Ahora siento que lo que están haciendo es bueno y ayuda a traer una gran cantidad de cambios, por eso muchos niños que solían acosar a las chicas ya no lo hacen porque tienen miedo".
Cuando se le preguntó de donde sacaba su valor, Vishwakarma responde simplemente: "Cuando uno sufre, se obtiene el valor. Cuando es víctima, se obtiene el coraje".
El pasado mes de mayo, la Brigada Roja fue galardonada con la Godfrey Phillips Premio Nacional de Valentía, en la categoría de "Mind-de-Steel", en un acto celebrado en la capital de India, según expresaba la organización, debido a que, "Este grupo que se formó hace dos años, ha sido fundamental para evitar el intento de violación de más de 15 niñas. Ellas han mostrado públicamente a hombres responsables por acoso sexual, han creado conciencia entre las mujeres para que alcen sus voces contra este tipo de comportamiento, lo que a su juicio también ha ayudado a disuadir a algunos hombres de mantener ese tipo de actitudes agresivas".
Conheça Brigada Vermelha da Índia: As adolescentes lutando contra estupro.

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