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lunes, 12 de agosto de 2013

Brasil, Eike Batista el billonario que perdió 30 mil millones de dólares en 18 meses

¿Crees que la pérdida de un billete de 100 dólares o 100 euros es como una pesadilla? Tratad de imaginar lo que es perder 33 mil millones de dólares en tan solo 18 meses, y al mismo tiempo la clasificación entre los hombres más ricos del mundo. Pues eso es lo que le ha sucedido al brasileño, Eike Batista, que aspiraba, de forma obsesiva, a superar al mexicano Carlos Slim como la mayor fortuna del mundo. 
Optimista y osado a la vez, el magnate brasileño Eike Batista recordaba hace menos de tres años cómo le había advertido al mexicano Carlos Slim que quería arrebatarle el título de hombre más rico del mundo.
"Le dije a Carlos Slim", evocaba un sonriente Batista en una charla con la BBC, "limpia tu espejo retrovisor en el lado derecho y limpia tu espejo retrovisor en tu lado izquierdo, porque no sé por qué lado te voy a superar".
Eran tiempos en los que todo parecía avanzar rápido y bien para Batista, entonces el hombre más rico de Brasil y el octavo más rico del mundo según la revista Forbes.
Su imperio de empresas de petróleo, energía, puertos y minería entre otros sectores crecía sin parar, al igual que la economía brasileña, ambos beneficiándose del apetito de China por materias primas.
Sin embargo todo empezó a cambiar durante el primer trimestre del año pasado cuando los resultados de algunas mega inversiones no coincidían con las proyecciones de resultados reales de las mismas.
El segundo semestre del año pasado se convirtió en una verdadera pesadilla para el magnate brasilero Eike Batista. En la última semana de junio, las acciones de OGX Petróleo e Gás Participações SA, la principal petrolera privada de Brasil y la base del imperio petrolero y minero de Batista, se desplomaron en los mercados de valores luego de que la compañía anunciara que sus dos primeros pozos comenzarían a producir cerca de 5.000 barriles de crudo al día, por debajo de las proyecciones iniciales de 20.000 barriles por día.
Los planes de Batista, que nació el 3 de noviembre de 1956, en una ciudad del estado de Minas Gerais, empezaron a desvanecerse como pompas de jabón: su grupo EBX estaba muy endeudado y en serias dificultades, los mercados le perdieron confianza y la agencia Bloomberg indicó que la fortuna del empresario pasó de US$ 34.500 millones en marzo de 2012 a US$ 2.900 en estos días, publicaba un reportaje de la BBC.
Los expertos creen que quizá su optimismo exagerado en el crecimiento de Brasil, y paralelamente de sus negocios, haya sido uno de sus grandes errores.
En los últimos años, las señales de la creciente riqueza e influencia de Batista pasaron a ser evidentes en Brasil, que apoyó a sus empresas a través de créditos estatales.
El banco nacional de desarrollo BNDES autorizó hasta US$ 4.590 millones en préstamos a EBX, informó la propia institución, que negó haber llegado a desembolsar la totalidad de ese monto.
Su nombre parecía omnipresente en Rio, la ciudad donde reside y lanzó varios proyectos: desde la reforma de antiguos hoteles hasta la recuperación de una laguna en una de las zonas más nobles de la ciudad.
Una de las empresas de Batista integra el consorcio que en mayo ganó la licitación para administrar el emblemático estadio carioca de Maracaná, una privatización criticada en las manifestaciones masivas que se sucedieron durante el mes de junio en Rio y todo Brasil.
Pero algo fue cambiando respecto a su figura y sus actividades y pronto se inició, ya hace algunos meses, una asombrosa e inesperada secuencia de noticias decepcionantes para el magnate brasileño, a medida que Brasil se desaceleraba y el boom de las materias primas se enfriaba, y los precios de algunas de las materias iniciaban su descenso.
En junio de 2012 se supo que la producción de petróleo de la empresa OGX estaba por debajo de lo esperado, lo que causó inquietud en los inversores. El anuncio reciente de que la empresa podría interrumpir en 2014 la producción en el campo de Tubarao Azul por dificultades agravó la situación.
Como OGX era considerada la principal empresa del grupo, el derrumbe de sus acciones en cerca de 90% afectó la confianza en otras empresas del conglomerado, que tampoco colmaban las expectativas creadas desde puertos hasta plantas energéticas.
Sergio Lazzarini, profesor de estrategia en la escuela de negocios Insper de Sao Paulo, en diálogo con BBC Mundo afirmó que el proyecto de Batista fue "exagerado en todos los sentidos" y hubo una sobreestimación de los resultados sin bases sólidas.
"El mayor atributo de los emprendedores es ser optimista por definición, pero aquí hubo demasiado", comentó. "Es muy difícil preservar el foco actuando en tantas áreas como Eike".
Batista ha visto como de sus 34 mil millones de dólares de patrimonio neto se esfumaban unos 33 mil millones de dólares en 16 meses más o menos, de acuerdo con Bloomberg. Quien ya no sitúa a Eike Batista entre los 100 mayores millonarios del mundo, que publica diariamente en su página web.
¿Cúal ha sido la causa principal de esta desvalorización patrimonial?. Su conglomerado de petróleo, OGX Petroleo y Gas Participacoes SA, perdió el 90 por ciento de su valor en el último año, dejando a Batista con un relativamente "insignificante" patrimonio de unos 200 millones de dólares si se incluyen las deudas que tiene con sus inversores.
El valor de los activos del empresario brasileño se han hundido, socavando la estrategia establecida en marzo de recaudar capital mediante la venta de participaciones en sus empresas a nuevos socios para asegurar la viabilidad de sus negocios, cuyas operaciones requieren mucho capital.
Por ejemplo, el bono que vence en 2018 de la empresa insignia de Batista, OGX LLC, se negociaba el lunes al peligroso nivel de 30 centavos por dólar, un tercio del valor que tenía el 6 de marzo.
"El precio ya indica que los inversionistas están viendo una empresa en un escenario de liquidación", apuntó Marco Aurelio Guerra de Sa, jefe de negociaciones en América Latina de Crédit Agricole Securities en Miami.
"Esta fuerte caída en tan poco tiempo ha hecho que algunos analistas estén describiendo a Batista como el primer “one-bubble-man” (hombre burbuja). Estos recuerdan cómo Batista fundó una petrolera de la nada hace cinco años –en medio del boom de exploración en las costas de Brasil– y un año después, sin haber perforado ni un solo pozo y con solo 30 empleados, la sacó a bolsa, en una emisión que recaudó US$ 3.600 millones", publicaba la página web Dinero.com, el pasado mes de julio. 
El ascenso y caída del empresario industrial brasileño es fiel reflejo del súbito cambio de fortuna de Brasil. Tras años de expansión económica, el motor de América del Sur ahora parece ahogado, al menos momentáneamente. La inflación es un problema serio, aunque no reconocido oficialmente, y en lo que va del año el mercado de valores de Brasil (BOVESPA) cayó un 23%.
Medido en valor de mercado, se estima que el grupo de Batista ha perdido cerca de US$60.000 millones desde su momento de mayor cotización.
Los indicios de un derrumbe del imperio crecieron el jueves, al saberse que el magnate había dejado la presidencia del Consejo de Administración de la empresa de energía MPX, vista como la más sólida del grupo.
La empresa pasará a llevar otro nombre de modo de marcar distancia del conglomerado, y quizás sea vendida para amortizar deudas de otras firmas.
El diario Valor Económico informó que un plan de desmembramiento del grupo prevé la venta de otras empresas, dilución de capital y renegociaciones de deuda, con lo que Batista podría perder el control de las compañías que él mismo fundó.
Batista, que en mayo puso en venta su avión Embraer Legacy por US$14 millones según la prensa local, ha evitado hablar de un colapso de su imperio y recientemente indicó que sus empresas tenían miles de millones de liquidez.
Para Daniel Sensel, analista del banco JP Morgan, "Eike prometió mucho y no consiguió entregar. Sus empresas están muy endeudadas. El inversor percibió que sus empresas nunca serán tan grandes como prometido".
La agencia Reuters informó el pasado 2 de julio que el número de empresas en el mundo con peligro de no honrar el pago de sus deudas subió durante junio, y que la empresa de gestión de riesgo Kamakura colocó a la empresa OGX Petróleo, de Eike Batista, en el tercer lugar de la lista de las mayores amenazas de impagos a sus acreedores, publicaba El Economista.
Otros multimillonarios que han tenido aterrizajes duros en los últimos años incluyen al fundador de Ikea, Ingvar Kamprad, que perdió $ 17 mil millones en 2010, así como Sean Quinn, una vez conocido como el hombre más rico de Irlanda, que se declaró en bancarrota en 2011, después de haber perdido 6 mil millones de dólares en tres años, según la revista Forbes.
"¿Qué pasó para que el hombre que buscaba oro en el Amazonas, que practicaba remo, mostraba su autos de lujo y era el "business man" de Brasil terminara en una complicada situación financiera?
Algo simple: generó una burbuja alrededor de su empresa, construyó gráficos de perspectivas tales como que proveería el 50% del petróleo que produce Brasil, y lo hizo con tanto convencimiento que los inversores le creyeron, los bancos le otorgaron millonarios créditos. A la hora de los resultados, todo parece haber quedado en nada", publicaba el periódico peruano Trome.
Si usted nunca tuvo una fortuna estimada en 34 mil millones de dólares, como Ike Batista, ni fue uno de los 10 hombres más ricos del mundo, vea el lado positivo de eso, usted tampoco tuvo nunca la oportunidad de perder 30 mil millones de dólares en poco menos de un año.
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Eike Batista. Foto capturada de la página web de El economista.es

 

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