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lunes, 24 de junio de 2013

Bosnia, la primavera bosnia, la muerte de un bebé levanta al país


Las manifestaciones se suceden en Sarajevo y en otras ciudades de Bosnia contra la situación de bloqueo en que se encuentran unas instituciones de difícil futuro. Desde hace unas semanas, las manifestaciones se suceden en Sarajevo y también en otras ciudades del país, que sigue "bloqueado" por la mecánica infernal de sus instituciones. El miércoles, miles de personas se manifestaron en Bania Luka, la capital de la entidad serbia.
A partir de ese día se inició una oleada de protestas, sin precedentes, que por primera vez ha superado las divisiones étnicas.
Lo que se inició como la protesta de unos pocos, convocados a través de Facebook, se transfiguró en una escalada de movilizaciones que han sacado a la calle a miles de personas en Sarajevo y otras ciudades. El segundo día de protesta había ya gente suficiente como para acorralar el Parlamento con una cadena humana que mantuvo retenidos a los diputados (junto con unos 250 delegados extranjeros en un encuentro internacional) hasta las cuatro y media de la mañana. El primer ministro, Vjekoslav Bevanda, salió por una ventana.
Desde el 12 de febrero, ningún recién nacido ha podido obtener el número necesario para su registro administrativo, paso previo para la emisión de pasaportes y tarjetas de la seguridad social. Como protesta, los ciudadanos se concentraron ante el Parlamento del Gobierno central, el 11 de junio, un día en que celebraba una sesión, y lo rodearon. Así, obligaron a sus representantes a emitir el pasaporte a la pequeña enferma, recurriendo a un procedimiento de urgencia. Ahora, se habla de la "Bebolución" (la revolución de los bebés) en Sarajevo. Desde el 11 de junio, decenas de miles de personas han bloqueado el tráfico de Sarajevo para reclamar una solución al problema de los números de identificación nacional y en general, la europeización del país.
En Bania Luka [la capital de la República Serbia de Bosnia], fueron los estudiantes los que salieron a la calle a defender sus derechos, a pesar de la prohibición de que se manifestasen. Los estudiantes también protestaron en Mostar. En un país profundamente dividido étnicamente está surgiendo un movimiento ciudadano. 
Berina Hamidovic, un bebe de tres meses, sufría graves problemas en la tráquea que le impedían ingerir alimentos y requería unos cuidados urgentes que ninguno de los mal equipados hospitales de Bosnia le pudo proporcionar. La pequeña, sin documento de identidad válido, vio retrasada su salida del país y la solución llegó demasiado tarde. Murió en el hospital de Novi Beograd, en Belgrado, Serbia. El padre de la víctima exclamó que fue la administración bosnia la que ha matado a su hija. Aunque se conocía el traslado de la pequeña a Serbia, los problemas burocráticos y administrativos se fueron sucediendo antes de llegar a la frontera serbobosnia. Una vez allí debieron esperar más de dos horas. Nada pudieron hacer los médicos serbios por la vida del bebé.
La noche del domingo 16 de junio miles de personas se congregaron frente al Parlamento bosnio para denunciar el fallecimiento de Berina Hamidovic, una niña de tres meses, víctima de la parálisis política de su país. Berina, aquejada de una grave malformación, no pudo ser tratada a tiempo en Serbia, tal y como habían recomendado los médicos bosnios. 
Vigilia en memoria de Berina, de tres meses, muerta por falta de papeles en Sarajevo. / ELVIS BARUKCIC (AFP)
Según publica El País en su edición  digital, "A Berina Hamidovic y Belmina Ibrisevic el destino no solo les infligió nacer con graves enfermedades congénitas, sino también hacerlo en Bosnia-Herzegovina y después del pasado 12 de febrero. En esa fecha, la pugna política entre serbios, croatas y bosnio-musulmanes que paraliza ese país balcánico llegó al extremo de bloquear la expedición de los números de identificación necesarios para los DNI y seguridad social. A causa de la falta de acuerdo sobre cómo reformar el sistema vigente -declarado inconstitucional-, durante meses los bebés nacidos en Bosnia han quedado en un absurdo limbo. En el caso de Berina y Belmina, esto supuso tremendas dificultades y retrasos para poder salir del país y obtener los tratamientos necesarios. Belmina lucha ahora por su vida en Alemania; Berina murió en un hospital de Belgrado a mediados de junio, probablemente a causa del fatal retraso con el que fue operada".
"Vamos a venir aquí hasta que se resuelva la situación, con toda tranquilidad, y esperamos que alguna fuerza superior nos ayude a solucionar este problema" aseguraba una jubilada para la agencia Euronews.
La historia de estos bebés ha movilizado al país, nuevamente, a través de las redes sociales. Así más de 10.000 personas acudieron a la cita el domingo 16 de junio. Desde agricultores a empleados que llevan meses sin cobrar su salario acudieron, en manifestación, a engrosar la multitud. En solidaridad, los taxistas de Sarajevo bloquearon el tráfico durante varias horas.
Los estudiantes, por su parte, se movilizaron tanto en Sarajevo como en Bania Luka, la capital de la República Srpska, una de las dos entidades políticas que forman la república federada de Bosnia y Herzegovina, y también hubo otras manifestaciones en Zenica, Tuzla, Prijedor, Brcko y otras ciudades menos importantes del país. 
"Mi hija ya no estará más con nosotros pero hay que continuar la lucha por el resto de los niños", declaró Emir Hamidovic, padre de la pequeña Berina. El mismo fue arropado en su protesta este domingo pasado por miles de personas que llenaron los alrededores del Parlamento de flores, dibujos infantiles y juguetes en un emotivo acto de silencio. 
"Nos han defraudado. El Estado nos ha fallado. Hemos estado dándole pleno apoyo. Les pagamos y les pagamos para que estén ahí cuando les necesitamos. Pero nos han abandonado en el momento más difícil" opina una residente de Sarajevo.
Detrás de esta parálisis política se encuentra un conflicto interétnico sobre las nuevas fronteras de los municipios. Dejando a una lado sus diferencias, los bosnios piden en las calles soluciones para todos.
El diario español El País publica las declaraciones de un "carismático activista bosnio" de 34 años, "La gente está harta de esta situación. Los políticos cultivan la cultura del miedo interétnico para luego erigirse en los indispensables defensores del pueblo, pero la gente empieza a entender que el mayor peligro para sus vidas no es el vecino de otra etnia, sino los administradores ineptos y corruptos que tenemos", comentaba Emir Hodzic.
Es la primera vez desde el final de la guerra de 1995 que un movimiento común reúne a todos los ciudadanos de Bosnia-Herzegovina.

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