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domingo, 5 de mayo de 2013

Europa, la ultraderecha avanza peligrosamente en varios países

El auge de la extrema derecha preocupa en Europa. Suecia, un país de tradición tolerante, ha visto ascender al Partido Demócrata hasta los 10 escaños en el Parlamento nacional, un importante triunfo para los radicales escandinavos. Pero no solo se vive el ascenso en Suecia: Grecia tiene en Amanecer Dorado a la reencarnación más cercana del nazismo, Francia con el Frente Nacional de Marine Le Pen, Hungría con el Jobbik y otros países están viendo crecer estos movimientos cercanos a la filosofía de algunos régimenes de un pasado no muy lejano, de corte fascista y totalitario. Al mismo tiempo que son contrarios a la idea de la Unión Europea.
Xenófobos, racistas y homófobos tienen en la actual crisis económica europea su base de alimentos, para un crecimiento lento pero constante, en los últimos años. Y en la inmigración, que durante los años anteriores a la crisis colaboró en el crecimiento de muchos países, pero que ahora representa, debido a las altas tasas de desempleo, un serio problema, y la diversidad étnica su caldo de cultivo.
El ministro belga, Didier Reynders, señaló, tras las últimas elecciones francesas, que "el ascenso de la extrema derecha, sea en Bélgica, en Francia o en otro sitio, es siempre un motivo de inquietud en Europa".
Y es que el Frente Nacional no es un fenómeno aislado. En los Países Bajos, el Partido de la Libertad de Geert Wilders provocó en abril del año pasado la caída del gobierno holandés al retirarle su apoyo en la coalición. En Finlandia, los Verdaderos Finlandeses son la tercera fuerza política del país. El mismo lugar que ocupa el partido Jobbik en Hungría, quien ayer se manifestaba contra el Congreso Judío Mundial que se está celebrando en Budapest.
El titular sueco, Carl Bildt, declaraba el año pasado "me preocupa el ascenso de la extrema derecha", tanto como el de otras opciones políticas que puedan "ser antieuropeas". Indicando a continuación, "Me preocupa el sentimiento contrario a las sociedades abiertas, no sólo en Francia", sino en cualquier país de Europa.
En esa línea el ministro de Exteriores de Luxemburgo, Jean Asselborn, declaraba poco después de la primera vuelta de las elecciones en Francia, "si se repite todos los días que hay que cambiar Schengen, que hay que tener una política migratoria fuerte", al final estos argumentos se convierten en la fuente que da de beber.
Varias formaciones de corte populista, nacionalista y ultraderechista están logrando capitalizar el voto de protesta ante la crisis de amplias capas de la población europea, así como romper con la hegemonía de los partidos tradicionales, conservadores, liberales o socialdemócratas, en un crecimiento peligroso, -inclusive en países tradicionalmente democráticos y moderados- del radicalismo y el neonazismo.
Estos son, entre otros, los países donde el crecimientos está siendo más significativo:
Francia. El Frente Nacional de Marine Le Pen logró en las elecciones presidenciales de 2010 un histórico 17,9% de los votos (primera vuelta) y obligó, de alguna manera, a radicalizar su discurso derechista al conservador Nicolas Sarkozy en la campaña electoral. Si hoy se celebraran elecciones, la ultraderecha lograría el 21% de los votos, por detrás de Sarkozy y Hollande, según un reciente sondeo de Le Figaro, y publicado bajo el título "Marine Le Pen, una coyuntura favorable".
Hace unos días se podía leer en la página web de la RFI (Radio Francesa Internacional), "Según Le Figaro, la presidenta del FN emplea un vocabulario que se podría creer de la extrema izquierda: “El horror ultraliberal, es decir la sociedad de la pobreza y de las desigualdades extremas, es lo único que han conseguido construir el Partido Socialista, la UMP y sus aliados después de años en el poder”, acusaba hace unos días, comentando las estadísticas del nivel de vida de los franceses".
Grecia. El partido de corte neonazi Amanecer Dorado, con un discurso xenófobo y ultranacionalista, logró el 7% de los votos y 18 diputados en las elecciones de la primavera pasada. Los sondeos de intención de voto le auguran el tercer puesto si hoy se celebraran nuevas elecciones, con un porcentaje de apoyo superior al 10% y por encima de partidos tradicionales como el Pasok.
Hungría. El partido de la extrema derecha húngara, Jobbik (Movimiento por una Hungría mejor), la tercera fuerza política del país con 44 diputados, es una formación antisemita y antieuropea que pregona sus prejuicios raciales contra la minoría gitana. En las elecciones de 2010 se hizo con el 17% de los votos, convirtiéndose en la tercera fuerza del país; en las últimas encuestas de intención de voto ronda el 22%, por delante de los socialistas (20%). No persigue a los inmigrantes con la misma intensidad que otras organizaciones como los ultras griegos o los de Finlandia u Holanda. Su odio se centra en los gitanos. Jobbik se alimenta del racismo y la xenofobia para vender su programa, y con menor intensidad en la crisis económica y el descontento generado.
Finlandia. Auténticos Finlandeses, una formación contraria a los rescates y partidaria de duras políticas antiinmigración, dio la sorpresa en las elecciones legislativas de abril de 2011 —lograron 39 escaños, 34 más que en 2007— y puso en un brete el rescate de Portugal, que se negociaba aquellos días. Sin embargo, el partido sufrió un revés en las presidenciales de ese mismo año (su apoyo se redujo al 9%) y en las municipales de 2012 (12,4%), en beneficio en ambos casos de propuestas europeístas.
Austria. El peso parlamentario de la ultraderecha en Austria es importante. En las últimas elecciones, celebradas en 2008, los dos partidos de ultraderecha —el Partido de la Libertad de Austria (FPÖ) y su escisión, el Alianza para el Futuro de Austria (BZÖ) — sumaron más del 28% de los sufragios. Juntos superaron a la fuerza más votada, el Partido Socialdemócrata Austríaco (SPÖ) del canciller Alfred Gusenbauer, que obtuvo el peor resultado de su historia.
Bulgaria. La Unión Nacional Ataque (ATAKA), con un discurso racista, xenófobo y antisemita, consiguió 10 diputados en las elecciones de 2009. Esta coalición, creada dos meses antes de las elecciones, no es contraria a la permanencia del país en la Unión Europea.
Holanda. Aunque debilitado por rencillas internas, el Partido de la Libertad del líder islamófobo Geert Wilders ha marcado la pauta de la política nacional como segundo partido político del país. El año pasado hizo caer el Gobierno de liberales y democristianos, al que apoyaba desde el Parlamento, por su oposición al tope de déficit del 3% impuesto por Bruselas.

Así es el mapa de la extrema derecha europea
Gráfico del avance de la ultraderecha en Europa. Publicado por el periódico español ABC, conocido por su tendencia derechista, en mayo del pasado año.


Ataque a un mercado de miembros de Amanecer Dorado (0:56)

Un vídeo de Euronews para un conocimiento más profundo del tema (12:02)

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