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viernes, 17 de mayo de 2013

España, el retroceso, de la democracia de las urnas al totalitarismo "democrático"

Es posible que algunos lectores consideren el título de esta entrada, radical, exagerada o lejana de la realidad, pero si analizamos fríamente, sin colores ni banderas, sin fanatismo, e intentando una reconstrucción objetivo de la situación actual comparada con momentos del pasado, podemos encontrar toda una serie de equivalencias que pueden ayudarnos a definir el status actual de España, y otros países europeos.
Desde el mes de diciembre de 2011, cuando tomó posesión del gobierno, del estado Español, el Partido Popular se han ido produciendo cambios muy significativos en la calidad democrática de España, que han podido evidenciarse a través de los cortes que ha ido sufriendo el pueblo español en sus derechos y libertades, así como en actitudes y expresiones de su clase dirigente a nivel político y empresarial, retrayendo algunos de los derechos y de las libertades individuales a niveles de más de 40 años atrás, cuando gobernaba ese país el dictador Francisco Franco.
Algunos ejemplos de estas violaciones de derechos y libertades, en pro de actitudes propias de estados fascistas o totalitarios son: menospreciar el derecho del pueblo catalán a determinar su futuro modelo de Estado, impidiendo el derecho a votar a favor, o en, contra de la autoderminación del "país".
El continuo hostigamiento al idioma catalán y el interés para subordinarlo al idioma del Estado, el castellano. El intento de expulsión del centro educativo de un alumno de Almazora que subió una foto donde se veía que tenían que dar clase con mantas debido al frio, la prohición de entrar en un colegio por motivos religiosos, ¿porque no se puede entrar con un velo y si con un crucifijo o con el corán bajo el brazo?, las cargas repetidas, desmesuradas, con abuso de poder y mentiras en los partes policiales que sufrieron los estudiantes en Valencia, y los participantes de otras manifestaciones a lo largo y ancho de la geografía española, la limitación al derecho de expresión y la libertad de manifestación. La retención ilegal de jóvenes en Barcelona porque si salían a la calle podían cometer algún delito, sin aportar pruebas de ello, y manteniéndoles más tarde en prisión porque había una manifestación violando, a demás de la presunción de inocencia y la libertad, el derecho de manifestación. Otros ejemplos son el uso del ejercito en las cuencas mineras para "luchar" contra los mineros en huelga, cargar contra manifestaciones pacíficas, sobre todo en Madrid, por orden expresa del Gobierno. Prohibir manifestaciones o concentraciones porque iban contra la actuación del gobierno, amenazar con ilegalizar las organizaciones que critiquen los recortes así como amenazar con despidos a los funcionarios públicos que hablen con periodistas; coaccionar  o "incentivar" para que la gente presenten denuncias contra sus vecinos (como se hacía en la guerra y en la postguerra) como por ejemplo el caso de Sanchez Gordillo, calificar de nazistas las manifestaciones pacíficas frente a los domicilios de miembros de los partidos políticos o las sedes de estos, y evitar que las personas puedan acercarse a los mismos, limitando su derecho a la libre circulación, así como calificar a éstas y a las plataformas que las convocan como incitadores de la violencia.
La reforma laboral que disminuye los derechos ya conquistados por los trabajadores tras largos años de esfuerzo y lucha.
En el ámbito social porque el país está en manos de una oligarquía política y económica corrupta y negligente, que se aferra al poder desesperadamente, mientras la sociedad se desmorona como un castillo de naipes, ahogada por la corrupción y el descrédito de sus instituciones, mientras sus gestores, banqueros y empresarios se mueven impunes en el lodo y la podredumbre enriquecedora, mientras se ríen obscenamente de la ciudadanía española, y en actitud prepotente y autoritaria expresan sus reclamos por las quejas del pueblo empobrecido, mientras ellos se divierten en una orgía contínua de malversaciones, ilegitimidades y formación de cuadrillas. Y encima tienen el cinismo de pregonar a los cuatros vientos que el pueblo en sus protestas es nazista, terrorista y cualquier otro ista que se les pase por la cabeza en un momento de delirio y flaqueza cultural e histórica.
En el ámbito militar nos encontramos que tras el cambio de cúpula del Estado Mayor se ordena investigar a todos los reservistas. Y acto seguido manda una misiva a los altos rangos recordando que no pueden declarar nada en público pues son militares, tras las filtraciones, de entre otros documentos del recorte en Defensa, el cual pone en riesgo a los soldados en misiones al reducir ampliamente la logística e infraestructura pero no la compra de armamento militar (compra que curiosamente se hace a un grupo armamentístico relacionado con el ministro de defensa).
En el ámbito legal hemos comprobado (gracias a que el BOE es público, entre otros) como el PP quiere subyugar a población mediante la prohibición y el miedo propios de los estados totalitarios. Una de las primeras medidas en este sentido fue equiparar la resistencia pacifica con la violenta, en resumen te cuesta los mismo quedarte en el suelo y que el policía te arrastre que pegar al policía; se equipara la resistencia violenta, dentro de un ámbito de manifestaciones con alteración del orden quema de contenedores y demás, a terrorismo, así que cuidado en las manifestaciones igual te sientas en el suelo a modo de resistencia pacífica y te acusan de terrorista si hay un contenedor ardiendo cerca.  Se instaura la exclusión racista de los extranjeros 100% tasas universitarias extracomunitarios y negación del derecho a la sanidad. Se persigue a los enfermos, ancianos y parados, el copago en medicamentos, la retirada de derechos como el subsidio por desempleo o el derecho a la sanidad. Viola el derecho de libre circulación y salida del país bajo amenaza de perdida de derechos. El intento de censura de internet. Una reforma laboral que deja indefenso al trabajador y con miedo de las consecuencias si pide justicia. La persecución de quien mendiga con multas desorbitadas cuando no tiene ni dinero para comer. Y la campaña continuada desde altas instancias, inclusive la televisión pública, encaminada a conseguir una regresión en la actual ley que regula el derecho al aborto, situándola prácticamente en la época franquista, o sus discursos moralistas respecto a la forma de vestir de la juventud o encaminar a la iglesia a los desempleados, como vía de reencarnación virtuosa de épocas pasadas.
Además de calificar el ondear la bandera del estado legítimo y democrático de La República como incitación a la violencia, mientras nada se comenta respecto a los símbolos que todavían erguen al viento los que evocan el pasado con añoranza, cuando el pueblo sin palabras era el mejor pueblo, o incluso sin diputados democráticos, pues cuando hablan en exceso se les expulsa de sus escaños, como sucede en la Asamblea de Madrid, de donde ayer fueron expulsados cinco diputados de la oposición.
Esto por el momento, pues como ha hecho referencia el Ministro Wert, sino les gustan las leyes las cambiarán, y punto final.
Es por todo lo anterior que considero que España está poniendo rumbo al neofascismo, si no es que está ya en él, pero eso sí, homologándolo cada cuatro años, pasando por las urnas vacías de promesas y contenidos. Y llegado este momento que mejor que aflorar en nuestras memorias el poema del poeta andaluz Antonio Macho: "Españolito que vienes al mundo".

                                                 Ya hay un español que quiere
                                                 vivir y a vivir empieza,
                                                 entre una España que muere
                                                 y otra España que bosteza.

                                                 Españolito que vienes
                                                 al mundo te guarde Dios.
                                                 Una de las dos Españas
                                                 ha de helarte el corazón.


Ha llegado el momento de que se establezcan los instrumentos, efectivos, como existen en algún país para llevar la voz popular a las urnas, y que éstas "hablen", democráticamente, por los ciudadanos, y el gobierno se vea obligado a aceptar la "voz" que emane de las mismas, pues eso es el estado democrático.
Debemos exigir que se articulen estructuras de acción colectiva que sirvan, de forma efectiva, para impulsar la voz popular.
El voto popular no puede centrarse, exclusivamente, en las elecciones de las cámaras de los diferentes órganos legislativos, debe ir hasta las decisiones que afecten a la mayoría de la población.
¿Hacia donde va la democracia? o mejor ¿hacia donde está encaminando la democracia el actual sistema bipartidista y la crisis de las instituciones locales, autonómicas y estatales?.
La dinámica institucional, que ha permitido el crecimiento de una profesión: político, que vive por sus propios intereses y de espaldas al ciudadano, incluso el que le ha votado, el desinterés cada vez más generalizado de la población en la política y otras cuestiones sociales, y un comportamiento social muy individualista, está alejando a los ciudadanos de la conciencia política y social.
Partidos, sindicatos y ciudadanos caminan por senderos diferentes, controlados de forma implacable por los mercados y la "lógica" neoliberal, y éstos nos están conviertiendo paulatinamente en meros instrumentos de sus caprichos y necesidades. Con ese objetivo buscan continuamente mantener una sociedad más fragmentada, minorista y con intereses, en algunos de sus segmentos, cada día más alejados de una conciencia social colectiva defensora de los derechos sociales, civiles y humanos.

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