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jueves, 18 de abril de 2013

Trabajo esclavo, ¿Quién va a parar a Zara? Segunda denuncia en dos semanas

Los escraches, considerados actitudes nazistas por algunos miembros del "democrático" Partido Popular en España, regresan a Argentina, país donde nacieron. Sólo que, a diferencia de los que se sucedían en su nacimiento, no son miembros o defensores de la dictadura militar, sino las tiendas de la empresa gallega Zara, buque insignia del grupo Inditex, que posee, además de ésta, las marcas Pull & Bear, Massimo Dutti, Bershka y Stradivarius entre otras.  
La ONG La Alameda, muy cercana al Papa Francisco desde que éste era arzobispo de Buenos Aires, y el sindicato Confederación General del Trabajo (CGT) han presentado una denuncia ante la Fiscalía contra la multinacional española, a la que acusan de subcontratar la fabricación de productos textiles a talleres clandestinos que presuntamente utilizan mano de obra esclava. 
El último escrache convocado por la ONG y la central sindical -bajo el lema esclaviZARA- tuvo lugar en la tarde (hora local) del jueves de la semana pasada, frente al establecimiento que Zara tiene en la confluencia de las calles Florida y Viamonte, en pleno centro de la capital argentina. Era la tercera concentración callejera ante una tienda de la cadena de moda y complementos en apenas tres semanas, todas por idéntico motivo: las supuestas condiciones de explotación laboral, hacinamiento, insalubridad, salarios míseros y empleo de inmigrantes ilegales en talleres clandestinos que suministran piezas de confección a las tiendas de Zara. 
Estos escraches se producen después de haberse producido una segunda denuncia por un tercer taller donde las condiciones de las personas que trabajaban en él eran equivalentes a lo que se conoce como trabajo esclavo. Este tercer taller esclavo que se descubre con prendas de Zara estaba situado en el barrio porteño de Mataderos y producía solamente para Zara y Scombro (marca que la ONG La Alameda ya había denunciado por otro taller en el año 2007).  
A menos de quince dìas de la última denuncia, un costurero de la Alameda se infiltró en otro taller clandestino de Zara y obtuvo imagenes contundentes que comprometen muy seriamente a la firma.
El vídeo es extenso pero vale la pena asistir para comprobar la situación en la que se mantenía a los trabajadores del taller, de los que Zara afirma desconocer su situación, cuando el proveedor oficial de esa marca, como se puede comprobar en el vídeo, lo visita regularmente y, en consecuencia, conoce las condiciones en las que trabajan, y viven, las personas que residen en el mismo.


Los tres talleres, en los que se estaba explotando en condiciones de esclavismo a trabajadores de países próximos a Argentina a los que se les ha retirado previamente toda la documentación, estaban ubicados en Buenos Aires, en las calles Cafayate, 1836 (Barrio de Mataderos), Risso Patrón, 137 (Barrio de Liniers) y Bogotá, 3723 (Barrio de Floresta). Todos ellos lejanos del centro de la capital argentina e inmersos en zonas altamente pobladas de trabajadores de otros países latinoamericanos.
La ONG La Alameda, pudo obtener, a través del costurero infiltrado en el taller, etiquetas originales de las marcas y comprobantes de envíos. También descubrieron que el taller trabajaba para la empresa textil Karina Kannan SRL, proovedora oficial de Zara (registrada con el nº 5857) y Scombro, aunque en realidad solo oficiaba de intermediaria entre esas marcas y los talleres clandestinos donde terceriza la producción. En la denuncia se aportan datos no sólo del taller de Cafayate, sino, además, de otros diez talleres presuntamente en las mismas condiciones clandestinas que el taller descubierto con cámara oculta.
Según indica La Alameda en su página web "En el taller filmado se constata las condiciones de total clandestinidad en la que trabajan, sin habilitación, hermeticamente cerrado y en pésimas condiciones de higiene y seguridad donde incluso deambulan niños pequeños entre las máquinas y con una instalación eléctrica precaria. Los costureros trabajan alli en su mayoría con cama adentro en agotadoras jornadas que van desde las 8 de la mañana hasta las 8 de la noche como mínimo, pero que suelen extenderse varias horas más. La paga miserable de 4 pesos por prenda terminadas está muy por debajo del convenio colectivo vigente".
Pero "el historial de denuncias contra la firma española por presuntas prácticas de trabajo esclavo es más amplio. Hace ahora un año, Inditex fue incluida en una lista negra de presunta explotación laboral en la India elaborada por dos prestigiosas ONG holandesas. En el informe, elaborado por el Centre for Research on Multinacional Corporations y el India Committee of the Netherlands, se describía un escenario laboral más que sombrío: miles de niñas y adolescentes del Estado indio de Tamil Nadu trabajando sin contrato, privadas de libertad y en condiciones insalubres durante más de 72 horas a la semana por un salario de 0,88 euros diarios", publicaba El Confidencial.com el pasado día 13 de abril.
Tampoco debemos olvidar que las autoridades brasileñas, tras una serie de investigaciones sobre el uso de trabajo esclavo por esta marca, multaron al Grupo Inditex por 10,7 millones de dólares, que finalmente quedaron reducidos a una cantidad próxima a los dos millones.  

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