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miércoles, 3 de abril de 2013

Arabia Saudí, la última aberración jurídica, joven condenado a ser dejado parapléjico.

Amnistía Internacional publicó hace pocas horas que un tribunal de Arabia Saudí condenó a un hombre a la parálisis como castigo por un crimen que supuestamente cometió hace 10 años. 
"Es indignante y en ningún caso debe ser llevado a cabo", ha manifestado Amnistía Internacional hoy, respecto a la sentencia.
Según informaba esa ONG, diferentes medios de comunicación árabes sauditas sacaron a la luz el caso de Ali al-Khawahir, de 24 años, quien fue condenado a "qisas" (igual respuesta) en la ciudad de Al-Ahsa y podría quedar paralizado de la cintura para abajo a menos que pague un millón de riales saudíes, unos 270.000 dólares, en concepto de indemnización a la víctima.
El "qisas" responde al principio del ojo por ojo establecido en el Código de Hammurabi, datado hacia el año 1692 aC, y es uno de los primeros conjuntos de leyes que se han encontrado y uno de los ejemplos mejor conservados de este tipo de documento de la antigua Mesopotamia, según el blog Historia Clásica.
Ali al-Khawahir, condenado a quedar parapléjico, habría apuñalado, cuando tenía 14 años, según dice la prensa local, a un amigo en la espalda, dejándolo paralizado de la cintura para abajo, en el año 2003. Desde entonces está encarcelado.
Ali podría salvarse de la parálisis si logra indemnizar en breve a su víctima con la cantidad estipulada por el tribunal de un millón de riales saudíes, una cantidad que su madre, de 60 años, ha intentado recaudar sin conseguirlo por ahora, según contó la mujer al diario Al Hayat. La víctima pidió inicialmente dos millones de riales, pero ahora ha rebajado su exigencia a la mitad.
"Paralizar a alguien como castigo por un delito sería una tortura", dijo Ann Harrison, directora adjunta del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y África del Norte. La misma añadió "El tipo de castigo que podría aplicarse es absolutamente chocante, incluso en un contexto en el que la flagelación se impone con frecuencia como castigo para algunos delitos, como sucede en Arabia Saudí". La misma concluyó diciendo, "Es hora de que las autoridades de Arabia Saudita comiencen a respetar sus obligaciones legales internacionales y eliminen estos terribles castigos de la ley".
Las llamadas sentencias de "ojo por ojo" no son frecuentes en Arabia Saudí, cuya justicia aplica la sharia (ley islámica) de forma estricta. Estos veredictos, también llamados de "igual respuesta", pueden consistir en la extracción de un ojo, de muelas o la ejecución del reo si este es el autor de un homicidio. La víctima o, si esta ha fallecido, sus familiares tienen tres opciones: pedir que se aplique el castigo, obtener una indemnización económica que ellos mismos establecen o perdonar al agresor.
El Relator Especial de la ONU sobre la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes ha declarado que "el castigo corporal es incompatible con la prohibición de la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes".
Amnistía Internacional recuerda, en un comunicado, que la aplicación de esta pena supondría una violación de la Convención contra la Tortura de la ONU firmada por Arabia Saudí.
Mientras, la madre del condenado comentaba en la prensa local, "Han transcurrido diez años desde aquel trágico día, y he pasado muchas noches de insomnio". Y añadió. "Estoy aterrorizada cuando pienso en la suerte de mi hijo que será paralizado". 

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