Benedicto XVI, el adiós de un Papa polémico

El cardenal Joseph Ratzinger fue elegido 265º Papa por la Iglesia Católica Romana en abril de 2005, tras la muerte del popular Juan Pablo II. Su elección estuvo acompañada de numerosas críticas por su perfil neoconservador, frente al perfil público y cercano que había cosechado su antecesor. Considerado la mano derecha del fallecido Juan Pablo II, quien le entregó la custodia de la ortodoxia de la Iglesia católica como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (el viejo Santo Oficio), Ratzinger fue nombrado Papa a la edad de 78 años.
El cardenal Ratzinger asumió el nombre de Benedicto XVI cuando entró a formar parte de la larga lista de líderes de la Iglesia Católica. Joseph Ratzinger no ha llegado a cumplir su octavo año de pontificado, un periodo corto, pero en el que han sucedido muchos eventos que han puesto en jaque a la Iglesia.
Ayer día 11, Benedicto XVI anunció que renunciaría al final del actual mes, debido a problemas de salud, a la edad de 85 años, convirtiéndose de esta manera en el primer Papa en renunciar en seis siglos; el anterior caso lo encontramos con Gregorio XII que comandó la Iglesia desde 1406 hasta 1415, durante una parte del periodo conocido como el Cisma de Occidente.
Durante el gobierno eclesiático de Benedicto XVI se celebró el proceso más grave que se recuerda en los tiempos modernos en el Vaticano. En el mismo, Paolo Gabriele, ex mayordomo del Papa, que robó cientos de documentos reservados y secretos de los apartamentos pontifícios, fue condenado a tres años de cárcel que, con los atenuantes habituales, se redujeron a un año y medio.
Presionado por una supuesta confabulación, en la que muchos han llegado a ver al Papa como un pastor rodeado por lobos -expresión del L'Osservatore Romano-, el caso es que Benedicto XVI se va igual que llegó: rodeado de una importante polémica.
Sin embargo, lo que realmente marca el pontificado de este intelectual alemán ha sido la salida a la luz de diversos escándalos de pederastia dentro de la iglesia.
Este teólogo alemán, cuya misión era reavivar el cristianismo en una Europa secularizada, se topó, en cambio, con la tarea monumental de purgar la Iglesia de toda una serie de escándalos de abusos sexuales, en Europa y Estados Unidos, que ya había comenzado a aparecer durante el papado de Juan Pablo II, siendo la crisis más grande de la Iglesia católica en las últimas décadas, si no en siglos.
El caso que tuvo quizás mayor repercusión mediática a nivel internacional fue el del ya fallecido ex sacerdote mexicano, y fundador de la congregación Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, que tuvo, según publicaba el diario español El País en un artículo el 24 de Enero de 2010, "entre cuatro y seis hijos de diferentes mujeres", además de plagiar "descaradamente el libro de cabecera legionario, titulado El salterio de mis días, e impuso a toda la organización un cuarto voto de silencio para guarecerse de denuncias".
La decisión del Vaticano, en este caso, y dadas las aspiraciones de Marcial Maciel, de abandonar Roma y retirarse en México, parecía humillante. Este aspirante a santo era obligado a llevar "una vida reservada de oración y penitencia, renunciando a cualquier forma de ministerio público y a su poder en la organización". Demasiado poco castigo para documentadas acusaciones de abusos sexuales en varios países. Como disculpa desde Roma apelaron a la edad avanzada del encausado pues este se encontraba cerca de cumplir los 90 años. Maciel moriría poco más tarde, en enero de 2008, en la ciudad de Cotija (Michoacán, México).
Los casos de abusos sexuales a menores por clérigos que removieron las estructuras de la Iglesia en varios países y el escándalo del robo y filtración de documentos reservados del Papa -el caso Vatileaks-, sacudieron el pontificado de Benedicto XVI, que declaró “tolerancia cero” ante la pederastia.
Considerado como un conservador doctrinal, el Papa dijo que después de examinar su conciencia "ante Dios, he llegado a la certeza de que mis puntos fuertes, debido a la edad avanzada, están lejos de ser los más adecuados para un ejercicio correcto" de su posición como cabeza de la población mundial de los católicos romanos.
Benedicto XVI será recordado también como el primer Papa que abrió una cuenta en Twitter o el que arrebató de la imaginación popular a la mula y el buey, en el tradicional portal de Belén, del período navideño.