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jueves, 21 de febrero de 2013

Argentina, la manipulación de los datos para combatir la inflación

Desde el pasado 1 de febrero, y hasta el 1 de abril, mediante un acuerdo cerrado con el Gobierno argentino, las principales cadenas de supermercados se comprometen a congelar los precios de todos sus productos en más de mil establecimientos. Las grandes cadenas de electrodomésticos del país como Falabella, Rodó o Frávega, se comprometieron también a mantener durante 60 días los precios que se fijaron el 1 de febrero. ¿Pero cual es el objetivo final de esta medida?.
Para algunos analistas el objetivo es detener la espiral de subida de precios en la que está envuelto el país, y conseguir ajustar las cifras oficiales a las reales que divergen en valores importantes, y que además han provocado una llamada de atención por parte del FMI -que desde 2006 tiene negadas las visitas para las auditorías anuales, dado que el país se recusa a someterse a sus revisiones- y ha generado un nuevo capítulo de tensión entre este organismo y el Gobierno argentino. Relaciones complicadas desde la crisis económica que vivió el país durante el año 2001 y que acabó con la renuncia del, entonces, Presidente De la Rúa tras dos días de graves tumultos en el que perdieron la vida 39 personas, entre ellas varios menores de 18 años.
Pero volviendo a la época actual, el gobierno de la Presidenta Cristina Fernández ha vuelto a polemizar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) después que el organismo “censurara” la falta de exactitud de las estadísticas oficiales sobre inflación. De acuerdo con los datos oficiales, la inflación en 2012 habría alcanzado a 10,8 por ciento, menos de la mitad de lo que calculan algunas consultoras privadas, que estiman que el valor real se acerca al 26 por ciento. Ante esta divergencia, y dado que febrero es el mes donde se negocian con los sindicatos los incrementos salariales, una inflación "menor" permitirá a la empresas negociar un índice muy por debajo del que solicitan los sindicatos, auténtica fuerza social en el estado sudamericano.
Otro punto lo tenemos en la deuda, ya que en torno a un 24 por ciento de los bonos de la deuda pública de Argentina se indexa por el indicador CER (Coeficiente de Estabilización de Referencia) que está basado en el IPC del país. En consecuencia, a menor inflación menores serán los intereses a pagar a los poseedores de dichos bonos. Para Mario Guillermo Moreno, Secretario de Comercio Interior, "es una locura pagar mas intereses porque sube el precio de la lechuga", tesis defendida por Cristina Kirchner. Desde que asumió el cargo en 2005 es acusado de manipular los datos que publica el Insituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
Otro de los objetivos es un lavado de cara de índole "social", es decir, manipulando las estadísticas de precios se disminuye la cantidad de personas que viven bajo la línea de la pobreza. Si al valor de la Canasta Básica Total, se le aplicase la corrección en base a las cifras reales el número de personas que ganan un valor inferior al estipulado oficialmente, para no ser considerado "pobre" el número de personas bajo esta línea sería considerablemente mayor. El diario argentino La Nación publicó, con fecha de 24 de septiembre de 2012, "Con base sobre estas estimaciones de ingresos para cubrir necesidades básicas, el Indec determinó en diciembre de 2011 que la pobreza a nivel nacional era del 6,7% y la indigencia del 1,7%. En cambio, si estos mismos datos se ajustaran al nivel de inflación estimado por privados, la pobreza sería del 21,9% y la indigencia del 5,4%.".
El último punto a destacar en esta manipulación de datos es que con una inflación baja las cifras sobre crecimiento económico son superiores a las reales.
El pasado 25 de enero, durante un discurso pronunciado ese día, la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, ya hizo un llamamiento a los consumidores para que ayuden al Gobierno a combatir la subida de precios. “Hay que comenzar a manejar nuestro poder de usuarios y consumidores. Yo no voy a emplear la palabra boicot porque se armó un lío bárbaro cuando Néstor le hizo boicot a una empresa. Digamos… Hacerle el vacío. Para que se den cuenta”.
Con esta medida, acogida con muchos recelos, el Gobierno parece querer atacar el síntoma de una enfermad latente llamada inflación. Quizás les pueda ofrecer algún resultado en el corto plazo, pero también puede provocar un desabastecimiento hasta el final de la congelación de los precios y un repunto importante de los mismos a partir de abril.
Mientras, según publicaba ayer Bloomberg News, pese a la moción de censura del FMI del pasado día uno, Argentina mantiene con indiferencia sus estadísticas, así "la diferencia entre la inflación oficial y los cálculos privados el mes pasado se amplió a 15,2 puntos porcentuales, más que nunca desde marzo de 2011, en tanto el gobierno insiste en que su metodología es correcta".

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