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viernes, 23 de noviembre de 2012

La justicia de Estados Unidos golpea a Argentina

La decisión del juez federal de los Estados Unidos Thomas Griesa de que Argentina pague a los denominados "fondos buitres" 1.330 millones de dólares, que se dejaron de pagar en el año 2001 a diversos acreedores, coloca en una situación crítica a la economía argentina. La Presidenta del país se niega a pagar un dólar a los portadores de títulos argentinos de esos fondos, los únicos que no se acogieron en 2001 cuando Argentina aprobó el impago de su deuda y se renegoció el pago de la misma con un quita del 65% aproximadamente.
Para Goldman Sachs esta decisión es un desastre que podría llevar al país a un nuevo "default" -impago de la deuda- con consecuencias importantes en los mercados y que puede estancar definitivamente el crecimiento en Argentina. Este país que ya ha vivido en las últimas semanas movilizaciones populares importantes en protesta contra el Gobierno de Cristina Kirchner enfrenta un nuevo motivo de preocupación. La Presidenta ya anunció que no pagará ni un dólar a los "fondos buitres".
El gobierno argentino tiene hasta el 15 de diciembre (para Moody’s Investors Service si Argentina acata esta decisión  podría crear un precedente legal para otros inversores que en su conjunto poseen diferente deuda soberana -superior a los 12.000 millones de dólares- impagada) para efectuar un depósito garantía, aunque luego recurra la decisión en todas las instancias pertinentes y en caso de no realizarse el mismo podría repercutir en un proceso por el cual los propietarios de bonos argentinos podrían reclamar la totalidad de la deuda en su posición, que es de aproximadamente 20.000 millones de dólares.
El gran problema es que, a la suma mencionada en el fallo judicial, tenemos que sumarles los 3.300 millones de dólares en títulos con vencimiento ese mismo día y que, según determina la sentencia explícitamente, no podrá efectuarse el pago de ese valor, ni renegociarse, sin el desembolso del importe debido a los fondos Aurelius Capital Management y NML, poseedores de los títulos, motivo del litigio, por los 1.330 millones de dólares.
El New York Times expresaba su preocupación el miércoles respecto a este tema y el efecto dominó que podría tener en la ya debilitada economía global.
El mayor impago de la historia por un valor de 172.000 millones de dólares -que terminó en la reestructuración de la deuda griega- tuvo consecuencias que estamos viviendo actualmente, el segundo mayor volumen de deuda no pagada fue la argentina, unos 80.000 millones de dólares en el año 2001. Es desde esa época que la deuda ahora obligada a pagar se viene negociando y litigando.
Dado que el juez ha ordenado al Bank of New York -agente de pago de Argentina en USA- que no efectuará el pago de los bonos con vencimiento el 15 de diciembre sin que antes se haya efectuado el depósito garantía, inclusive puede obligar al banco a efectuar los pagos con criterio diferente al establecido por el gobierno argentino, la situación inquieta extremamente en Argentina así como también genera dudas en los mercados sobre las consecuencias futuras en caso de confirmarse el "default".
Aquí no está en cuestión la capacidad para hacer frente al pago, relativamente pequeño para lo que representa la economía argentina, sino la política que adoptará el gobierno y las repercusiones que puede conllevar la misma. Está en la cabeza de todos la última actuación de Cristina Kirchner de expropiar las acciones de Repsol en YPF que suponían el 51% de la petrolera argentina.
El default soberano no es exclusivo de los dos últimos siglos, por ejemplo España -sólo durante el reinado de Felipe II- declaró el mismo en los años 1557, 1560, 1575 y 1596 motivado por los crecientes gastos militares y la caída del precio del oro.
En su estudio “Ocho siglos de crisis financieras. Historia mundial de los defaults” los economistas Kenneth Rogoff (ex economista jefe del FMI) y Carmen Reinhart (ex vicepresidente del banco de inversión Bear Stearns)  nos muestran que en el período 1800-1945 se registraron 127 episodios de default y 169 entre 1946-2006, lo que nos indica claramente la irresponsabilidad de los gobiernos al endeudarse a cualquier precio, y también cómo determinados inversores buscan en la rentabilidad una posición preferencial en relación al riesgo.

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